¿Crees en la vida después del parto?
Las redes sociales son utilizadas para una infinidad de publicaciones de diferentes temas, el otro día leí este cuento que no se tiene seguridad de su autoría. Me gustó mucho y por ello os lo reproduzco aquí.
Dos bebés hablan en el útero materno sobre la vida que les espera después de nacer, empezaba así:
¿Crees en la vida después del parto?
En el vientre de una mamá había dos bebés.
Uno preguntó al otro:
«¿Tú crees en la vida después del parto?»
El otro respondió:
“Por supuesto, por supuesto. “Claro que sí. Tiene que haber algo después del parto. Tal vez estamos aquí para prepararnos para lo que vendrá más tarde.”
«¡Tonterías!»
Dice el primero.
“No hay nada después del parto. ¿Qué clase de vida sería esta?»
El segundo dice:
“No lo sé, pero habrá más luz que la que hay aquí. Tal vez podremos caminar con nuestras propias piernas o comer con nuestras propias bocas. Tal vez tendremos otros sentidos, que no podemos entender ahora.»
El primero bebé contestó:
“Eso es absurdo. ¡Caminar es imposible! Y ¿comer con la boca? ¡Ridículo! El cordón umbilical nos nutre y nos da todo lo demás que necesitamos. El cordón umbilical es demasiado corto. ¡La vida después del parto es imposible!»
El segundo insistió:
“Bueno yo pienso que hay algo y tal vez sea diferente de lo que hay aquí. Tal vez ya no necesitemos de este tubo físico.»
El primero contestó:
“Tonterías, además, de haber realmente vida después del parto, entonces, ¿por qué nadie jamás regresó de allá?
El parto es el fin de la vida y en el posparto no hay nada más allá de lo oscuro, silencioso olvido. El no nos llevará a ningún lugar.»
“Bueno, no lo sé”, dijo el gemelo, “pero ciertamente veremos a mamá y ella cuidará de nosotros.
Con seguridad vamos a encontrarnos con mamá y ella nos cuidará.”
El primero respondió:
«¿Mamá?, ¿Tú realmente crees en mamá?
¡Eso es ridículo! Si mamá existe, entonces, ¿dónde está ella ahora?»
El segundo dice:
“Ella está alrededor nuestro. Estamos cercados por ella. De ella, nosotros somos. Es en ella que vivimos. Sin ella, este mundo no sería y no podría existir.»
Dice el primero gemelo:
“Bueno, yo no puedo verla, entonces, es lógico que ella no existe.”
El segundo le responde a eso:
“A veces, cuando tú estas en silencio, si te concentras y realmente escuchas tú podrás percibir su presencia y escuchar su voz amorosa allá arriba….
Creo que hay una realidad después del parto y estamos aquí para prepararnos para esa realidad cuando llegue…”.
Estoy seguro de que nuestra vida real comenzará después del parto …»
¡Esta metáfora de la vida después del parto es estupenda pues tiene varias correlaciones con la vida después de la muerte!
Este diálogo ficticio y trancendente entre dos fetos en el vientre de su madre habla sobre un tema de gran calado: ¿Exitirá la vida después de terminar la gestación en el útero materno?
Así como la vida en gestación tiene un inicio que ocurre en los primeros segundos después de la fecundación del óvulo y un fin con el momento del parto, la vida verdadera del espíritu está en la erraticidad y para volver a ella de forma definitiva el espíritu debe dejar la vida física. Digo de forma definitiva porque durante el sueño el espíritu se emancipa pero parcialmente y lo hace también en determinadas ejercícios o acciones mediúmnicas.
La vida de encarnado
Estamos temporalmente encarnados y nuestra función en la Tierra es prepararnos para un futuro mejor, la vida nos pone en distintas situaciones para que experimentemos nuestras emociones y aprendamos a reaccionar de forma correcta en las diferentes circunstancias, aprendiendo a adquirir una inteligencia emocional, que es la capacidad de percibir y controlar los propios sentimientos.
Es en la Tierra o en mundos semejantes, donde la diversificación étnica, cultural, social, económica, el contacto y el intercambio con seres encarnados+ en diferentes grados evolutivos, permite el perfeccionamiento espiritual. Es por medio de las relaciones que el hombre o mejor dicho el espíritu encarnado aprende a superarse ética, intelecto y moralmente.
La vida material, con sus dificultades diarias necesita del esfuerzo del espíritu por sopreponerlos y el esfuerzo desarrolla nuestros poderes latentes y que germinen nuestras facultades.
“El espíritu reencarna tantas veces cuantas sean necesarias para alcanzar la plenitud de su ser y de su felicidad.», nos aclara Allan Kardec.
La vida del espíritu es una educación progresiva
La vida del espíritu es una educación progresiva, que presupone una larga serie de trabajos a realizar y de etapas a recorrer y para esto reencarna cuants veces sea preciso hasta que alcance un nivel mínimo para poder seguir en la vida inmaterial.
El espíritu o alma sólo puede progresar renovando varias veces sus existencias en situaciones diferentes, en distintas épocas y en medios diversos.
Cada una de sus encarnaciones le permite avanzar en algo, de acuerdo a su empeño. Muchas veces tropieza en errores continuamente, ya que debe analizar sus actos para poder corregir los fallos. Sin conocerse a sí mismo, el espíritu no puede avanzar. Debe ejercer la caridad, respetar al projimo y analizar las decisiones que toma para poder ser conciente de sus propios actos.
Según las enseñanzas del Maestro Jesús, es obligatorio el renacimiento en la carne para encontrar dentro de cada uno la fuerza ético-moral que aproxima al espíritu a la divinidad. Por lo tanto, las incontables oportunidades reencarnatorias son un regalo de Dios que le ofrece al espíritu para su adelanto.
El autoconocimiento mínimo es proporcionado por la vida en la materia. Paulatinamente, el ser va absorbiendo y cambiando las malas inclinaciones y todo lo que es inferior dentro de sí, transformándose con el ejercicio continuo de servicio al prójimo y en las victorias sobre las pruebas y expiaciones.
¿Existen los espíritus?
Otros alegan que nadie ha vuelto a decirnos lo que pasa, algo muy erróneo. ¿Cuántas manifestaciones ha habido a lo largo del tiempo?, ¿cuántas personas han tenido alguna experiencia con los espíritus, alguna intuición que le haya salvado, que le haya mostrado el camino?
El Libro de Los Espíritus vino a aclarar, como el Consolador prometido lo que sucede y está disponible para todo aquel que lo desea.
Como en el caso del cordón umbilical que sujeta a los bebés a la placenta, nosotros también estamos sujetos a la materia, pero el espíritu libre de ella tiene las facultades expandidas, puede ejercer sobre la materia e incluso anularla temporalmente y cuanto más evolucionado está el espíritu más dominio sobre las fuerzas y los misterios que no conoce.
Muchos piensan que no hay nada Más Allá, que Dios no existe porque no lo ve, que esta idea es ridícula, que todo lo que le rodea es la única verdad, como el primer gemelo de la preciosa historia que contamos.
Sin embargo, basta con que uno tranquilice su mente y reflexione escuchando su propia voz interior y percibirá Dios en sí mismo, en la naturaleza, en el aire que respira, en la luz del Sol, en el agua cristalina…. Basta con que deje la arrogancia a un lado y entenderá que un mundo con otras percepciones nos espera, que existe la ultravida.
En el mundo de los espíritus hay sonido, luces, hay energía incesante pues es la vida real.
Dios como padre-madre, ente con inteligencia suprema, amoroso y misericordioso nos asiste siempre, como hijos predilectos mismo que no queramos reconocerlo, esta causa primera de todas las cosas nos ha creado a todos y todas las cosas existentes.
Me podéis decir que el hombre también crea por sí mismo y esto es verdad, pues cada una de las personas son espíritus encarnados, con el poder de pensar, de elegir y de crear hasta un cierto punto, no tenemos aún el nivel para penetrar en todos los secretos y saberes del Cosmos, con el perfeccionamiento de nuestro ser nuestra fuerza creadora se ampliará y poco a poco podremos ayudar a Dios en su obra.
¡El espiritismo mató la muerte! Hay vida eterna después de la vida material.
Cláudia Bernardes de Carvalho
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