Uno de los episodios más relevantes de la parapsicología en España

El informe elaborado por el inspector José Negri relata los hechos ocurridos en la noche del 27 de noviembre de 1992, en la casa de la familia Gutiérrez-Lázaro.
Al llegar al lugar de lo ocurrido toda la familia se encontraba bajo la lluvia fuera del edificio, presentando un aterrorizado estado emocional. Mientras un par de agentes se quedaron fuera acompañando a los miembros de la familia y escuchando los argumentos que narraban la situación, el inspector Negri junto con otros dos agentes entraron en el piso.
El atestado policial narra los ruidos atronadores provenientes del balcón, donde no se encontraba nadie, y una gran cantidad de una extraña sustancia marrón que se había formado de repente en una mesita de noche. Describe como la puerta de un armario cerrado con llave se abre violentamente, casi rozando los rostros de los agentes.
El relato de las autoridades describe que un crucifijo colgado en la pared se encontró en el suelo: el crucifijo había sido arrancado de la madera y se apreciaban arañazos de tres garras en la pared donde había estado colgado. Al entrar en el baño sintieron un descenso repentino y notorio de la temperatura.
Se supo que Estefanía Gutiérrez Lázaro, una joven española de 17 años que vivía en un piso ubicado en la calle Luis Marín número 8, en el distrito madrileño de Puente de Vallecas con sus 5 hermanos y padres, había fallecido repentinamente hacía poco tiempo.
Estefanía era de educación católica, sin embargo, en su adolescencia, estaba entrando en contacto con lo invisible. Su interés en conectar con su novio fallecido en accidente de circulación le indujo a experimentar con una ouija en su instituto. Esta práctica sin un fin constructivo y elevado, sin estudio y propósitos direccionados al bien le causó consecuencias.
Durante un tiempo tuvo alucinaciones, insomnio y convulsiones, escuchaba voces y veía entidades que la atormentaban. Los médicos no pudieron ofrecer un diagnóstico, y la joven fue tachada de víctima de posesión de lo invisible. En una ocasión agredió violentamente a su hermana Marianela y luego sufrió un episodio de catalepsia entrando en coma. Fue llevada al Hospital Gregorio Marañón, donde falleció repentinamente.
La autopsia no pudo ser concluyente con relación a las causas de su muerte, calificándola como «muerte súbita”. Gregorio Arroyo y Pedro Cabeza, fueron los forenses que hicieron público el informe sobre el estado de la fallecida. Explican en él que se trató de una «parada cardiorrespiratoria con episodio previo de edema agudo de pulmón», pero las causas no pueden ser determinadas.
Según lo narrado por la familia, tras su desencarnación empezaron los fenómenos físicos. Dos años después de su fallecimiento, aún se apreciaban manifestaciones como la autocombustión de la foto colgada en la pared de la sala de su casa, quemándose solo su rostro, mientras el marco no presentaba daños.
Este caso policial quedó conocido como Expediente Vallecas, por ser el primer y único en España donde se documentaban fenómenos paranormales. De hecho, sirvió de inspiración al director Paco Plaza que hizo una reinterpretación cinematográfica para la película Verónica en 2017.
Varios reportajes alegan no tener una explicación lógica o científica para lo acaecido, en algunos sigue siendo objeto de debate y controversia, pero la doctrina espírita explica estos fenómenos de manera trasparente.
Los efectos sensibles, tales como ruidos, movimientos, desplazamientos de cuerpos sólidos y las apariciones reciben la denominación de manifestaciones físicas y se deben a una causa absolutamente natural.
Durante parte del siglo XIX, este fenómeno alimentó la curiosidad de la sociedad y fue conocido como las mesas giratorias y será siempre el punto de partida de la doctrina espírita. Tales fenómenos aún ocurren. Sin embargo, son mucho más esporádicos porque sirvieron para llamar la atención.
En la actualidad las manifestaciones espíritas son intelectuales y producidas a voluntad por millares de espíritus en todos los rincones del planeta, lo que no deja lugar a ninguna duda sobre la naturaleza inteligente de ellas.
Para que una manifestación sea inteligente no es necesario que resulte elocuente, ingeniosa o erudita, según explica Allan Kardec. Basta con que dé muestras de un acto libre y voluntario, a través del cual se exprese una intención o se refleje un pensamiento.
La mediumnidad es una facultad inherente al ser siendo el médium toda persona que siente, con mayor o menor intensidad, la influencia de los espíritus. Se le considera el intermediario entre los dos planos, visible e invisible, y goza de mayor o menor poder, por consiguiente, produce efectos más o menos notorios. Los médiums más especialmente aptos para producir fenómenos materiales son denominados de médiums de efectos físicos.
Para que el fenómeno de movimiento de objetos y ruidos se produzca, es necesaria la intervención de uno o más médiums dotados de esta aptitud especial. Algún miembro de la familia Gutiérrez-Lázaro poseía esta facultad ya que se observaron estos fenómenos. Después de la desencarnación de esta muchacha un espíritu dio muestras de ello por medio de la rotación, traslación de objetos y distintas manifestaciones físicas.
Además, una sustancia que puede ser sólida, acuosa, nebulosa o amorfa, que emana de ellos, el ectoplasma es utilizado para la producción de materializaciones, (de ahí la sensación de frío sentida por los policías en el baño).
Estefanía sufrió un cuadro descrito como cataléptico. La catalepsia es la pérdida momentánea de la sensibilidad en algunas zonas causada por un trastorno inesperado en el sistema nervioso y puede afectar a una parte más o menos extensa del cuerpo lo que provoca que se la confunda con la muerte.
Según la medicina actual se observa en pacientes con cuadros graves y agudos de epilepsia, esquizofrenia, histeria y diversas psicosis. El espiritismo como ciencia espiritual descifra estas enfermedades mentales mostrando que los encarnados con deudas pasadas sufren el asedio de espíritus inferiores ligados a ellos, además presentan un signo de desajustes mentales derivados de desvíos morales que deben ser reparados. Hay que tener en cuenta la individualidad del espíritu, cada cual posee un bagaje de acuerdo con sus múltiples vivencias y desarrollo intelecto-moral, por ello cada caso debe ser analizado de forma particular.
Desde el Más Allá los espíritus muchas veces burlones, vengativos o sencillamente ignorantes buscan con las manifestaciones demostrar su existencia, asustar o divertirse.
Encontraremos en el espiritismo la explicación de uno de los episodios más relevantes de la parapsicología en España con la acción del espíritu sobre la materia, con el movimiento de los cuerpos inertes y los ruidos. El estudio concienzudo de la doctrina espírita elimina las dudas, los miedos y la desinformación de este tema.
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