El Espíritu Consolador
No hay remedio: todos hemos de probarte, oh dolor amarguísimo, que trituras nuestro corazón, destrozas nuestra alma y consumes nuestro organismo. Fiel compañero de la vida, nos acompañas desde la cuna al sepulcro y...
No hay remedio: todos hemos de probarte, oh dolor amarguísimo, que trituras nuestro corazón, destrozas nuestra alma y consumes nuestro organismo. Fiel compañero de la vida, nos acompañas desde la cuna al sepulcro y...
Comentarios recientes