¿Es la verdad relativa o absoluta?
Para comprender correctamente los conceptos espíritas se necesita estudiarlos en profundidad.
Estudiar la codificación espírita en su integridad abre los ojos de las personas que siendo escépticos, simpatizantes, espiritistas o espíritas perciben una verdad en ella.
La literatura espiritista es abundante, hay una gran variedad de títulos hoy día, recibidos mediúmnicamente o con la visión del propio autor. Sin embargo, ¿nos traen la verdad en sus escritos? ¿dónde se encuentra la verdad? ¿es la verdad relativa o absoluta?
Hay una gran cantidad de libros que no son espíritas, sino espiritualistas, aunque erróneamente así se clasifican y se dan por válidos. Se les considera espíritas sin prestar atención a la verdad que exponen.
Encontramos opiniones diversas en el medio espírita, se escuchan cuestionamientos en cuanto a este tema. Unos consideran que la verdad es relativa y otros que es absoluta, que los libros diferentes también aportan conocimientos.
¿Pero es este conocimiento realmente fiable, traen estos libros un mensaje ennoblecedor y verdadero?
Una cuestión muchas veces olvidada es que algunos de estos libros muestran una interpretación del espíritu, de acuerdo a su evolución o una interpretación del médium conforme a su nivel intelecto-ético-moral o simplemente una visión sesgada del autor.
Por lo tanto, no están en su totalidad acorde a lo que nos enseñan los espíritus que conformaron el equipo que transmitió las verdaderas enseñanzas basadas en las Leyes Morales desde el mundo espiritual reflejadas en la codificación espírita.
Algunas personas cogen las enseñanzas de un libro y toman la parte por el todo.
Os pongo un ejemplo: muchos espíritas conocen la obra Nuestro Hogar de Francisco Cándido Xavier, más conocido como Chico Xavier.
En ella André Luiz narra sus percepciones después de la desencarnación. Este espíritu nos cuenta que estuvo en el umbral debido a su conducta cuando estaba encarnado.
Había sido un hombre que gustaba frecuentar los bares, bebía, fumaba y comía mucho y no le agradaba atender a los pacientes que no le pagaban. Fue considerado suicida en el mundo espiritual por sus acciones en la vida material que repercutieron en la brevedad de su encarnación.
En el libro no nos dice el protagonista cuánto tiempo quedó en ese lugar llamado umbral, donde al principio sintió hambre, sed y frío. Después de un tiempo, al arrepentirse y orar fue socorrido y llevado a la ciudad espiritual Nuestro Hogar.
Más adelante, ya en el hospital espiritual, tomó agua y cuando ya estaba en compañía de familiares una sopa. Posteriormente, nos cuenta que no sabía manipular los fluidos para moldear su vestidura, por lo que le enseñaron a hacerlo.
Tuvo además, que moverse con un aerobús para transportarse por la ciudad. A medida que se esclarece, trabaja y progresa comprendiendo más su situación.
Podemos observar, en estos simples ejemplos dentro de muchos otros, que estas descripciones son de un espíritu que necesitaba de estas percepciones, por lo tanto no era un espíritu evolucionado.
Con el estudio profundo de la doctrina, adquirimos criterio de análisis y podemos clasificar y seleccionar las aportaciones de estos libros y así no tomarlos como la única fuente de explicación del Más Allá.
No estamos defendiendo que no se deba leer estos libros de diferentes autores espirituales, ya que muchos de ellos son importantes para el crecimiento intelecto-moral, sino que se estudie la doctrina espírita en profundidad para tener parámetros comparativos y alcanzar las respuestas a las búsquedas interiores de cada cual, obteniendo de este modo la armonía con el Todo, logrando una percepción clara y nítida frente a una posible lucidez pasajera, ya que la codificación espírita fue entregada a la Humanidad por valerosos espíritus muy preparados y que tenían la función de ayudarnos a todos a progresar de manera segura y verdadera.
El espiritismo nos enseña que un espíritu no necesita comer de forma física o que la comida tenga una forma material o semimaterial, nos enseña que un espíritu puede plasmar su apariencia y moverse con el pensamiento, nos explica demás que el espíritu es energía.
Esta ciencia, filosofía y ética-moral que es el espiritismo elimina lo sobrenatural, lo ficticio y lo fantasioso. Se puede decir con seguridad que la codificación espírita está realizada en conformidad con las enseñanzas de los espíritus bajo la tutela de Jesús.
Dentro de la escala espírita se nos explica que la clasificación de los espíritus se basa en su grado de adelanto, en las cualidades que hayan adquirido y en las imperfecciones de que habrán de despojarse aún. Esta escala no es absoluta, en ella se perciben matices según el punto de vista desde el que se analice.
Por lo tanto, muchos relatos estarán acorde a esta escala, o sea, lo que los espíritus trasmiten será proporcional a su entendimiento, por esto ser fiel a Kardec significa ser fiel a los buenos espíritus que nos transmiten la verdad.
Si hubiese conflicto entre los conocimientos de los demás autores y los libros de las obras básicas de la codificación deberíamos inclinarnos siempre hacia la base para de este modo mantener la coherencia doctrinaria, respetando la verdad universal.
Dejamos claro que Allan Kardec quería crear una biblioteca con libros contrarios a la codificación para que se leyera de todo y que cada uno creara sus propios cimientos éticos-morales, por medio del análisis y estudio de diferentes obras.
De hecho, existe la obra de Allan Kardec cuyo título es Catálogo racional de las obras para fundar una biblioteca espírita, (Catalogue Raisonné des Ouvrages Pouvant Servir à Fonder une Bibliothèque Spirite), una obra desconocida para muchos espíritas. Fue lanzada en la Revista Espírita de abril de1869, y en una segunda ocasión en agosto del mismo año.
Esta obra está dividida en tres partes.
Primera parte
Contiene las obras fundamentales, donde se encuentran los 10 libros y la Revista Espírita, a saber:
- El Libro de los Espíritus
- El Libro de los Médiums
- El Evangelio según el Espiritismo
- El Cielo y el Inferno o la Justicia divina según el Espiritismo
- La Génesis, los milagros y las predicciones según el Espiritismo
- Qué es el Espiritismo
- Espiritismo en su más simple expresión
- Resumen de la Ley de los fenómenos espíritas
- Carácter de la Revelación Espírita
- Viaje espírita en 1862
- Revista Espírita
Segunda parte
Comprende obras diversas sobre el espiritismo, estando dividida en estos temas:
Tema 1: se compone de 35 libros que se sumergen en los conceptos de la doctrina.
Tema 2: se compone de 3 obras en poesía;
Tema 3: se compone de 4 músicas, siendo una de ellas el fragmento de la sonata de Mozart.
Tema 4: contiene dibujos relacionados con el espiritismo, siendo una de ellos sobre El auto de fe de Barcelona y otra un dibujo del propio Allan Kardec.
Tercera parte
Incluye obras realizadas con anterioridad a los conceptos espíritas, pero con un pensamiento análogo, y las dividió en 5 categorías:
- Sobre filosofía e historia, incluye 100 títulos;
- Sobre romances, incluye 35 títulos;
- Sobre teatro, incluye 5 títulos;
- Sobre ciencias, incluye 5 títulos;
- Sobre magnetismo, incluye 15 títulos.
Este volumen también incluye críticas al espiritismo. Expresa Allan Kardec su defensa del pensamiento libre de la siguiente forma:
“Prohibir un libro es dar muestras de que lo tememos. El Espiritismo, lejos de temer a la divulgación de los escritos publicados contra él e impedir su lectura a sus adeptos, llama la atención de estos y del público para tales obras, a fin de que puedan juzgar por comparación”.
Hemos expuesto un simple ejemplo, sin embargo hay infinidad de ellos en diferentes títulos de libros espiritualistas, libros que no son espíritas, que confunden e interfieren perjudicando a aquellas personas que no poseen aún un criterio. Hecho que nos hace reflexionar.
La codificación espírita tiene apenas 164 años, ¿es este tiempo suficiente para que la Humanidad cambie su forma de actuar, cambie sus malas tendencias por buenas, se empeñe en corregirse en sus desvíos? Si no nos empeñamos en realizar individualmente un análisis de nuestra conducta, ¿hemos progresado realmente?
Es poco tiempo en realidad para que los hombres consigan realizar de forma general un avance profundo en su conducta. Necesitaríamos de una voluntad firme y fuerte, un propósito sin desvíos para poder alcanzar los resultados y objetivos propósitos de forma tan rápida.
Teniendo en cuenta que, de una forma general los hombres crean su propia verdad, de acuerdo a lo que cree y piensa.
Dijo la escritora espírita andaluza Amalia Domingo Soler:
«El Espiritismo no ha venido a hacer santos; ha venido a operar una reforma grande, profunda, trascendental, y por esta razón su trabajo es lento; que mientras más gigantesca es la obra, más tiempo se necesita para llevarla a cabo; debiéndose también considerar que el Espiritismo encuentra a la Humanidad sumergida en la más humillante degradación. Como se ve, el Espiritismo está llamado a verificar una revolución completa en todas las clases sociales, en todas las esferas de la vida, en todas las inteligencias, y obra tan colosal, no se puede consumar en un corto número de años: que le cuesta mucho al hombre separarse de vicios que le complacen y de religiones que le tranquilizan con sofismas que parecen verdades mientras no se analizan a la luz de la razón. El estudio del Espiritismo viene indudablemente a destruir la paz de algunas existencias que se deslizan en la molicie; flores inodoras, árboles improductivos.
El Espiritismo viene a despertar grandes remordimientos, a destruir muchas ilusiones engañosas; es el microscopio con el cual vemos nuestras ocultas miserias; como son nuestra envidia, nuestro solapado amor propio, nuestra falsa modestia, nuestra sorda murmuración, nuestra escondida avaricia y otros innumerables defectos, consecuencia natural de las anteriores causas, que en gran número pasan inadvertidos en la sociedad, como pasan a nuestra vista los millones de infusorios que se agitan en una gota de agua.»
La Humanidad progresa despacio, aún son muchos los resplandores de los vicios, de los entretenimientos fáciles y placenteros que dispersan la voluntad. Aún el hombre se pierde en los gozos y relajaciones morales.
Pero ya sabemos que la verdad no es relativa, relativa es la evolución y nivel de desarrollo emocional y psicológico de cada cual, relativa es su comprensión, la capacidad de su entendimiento.
La verdad es universal, inmutable y eterna. Nos ha sido revelada en parte y depende de cada uno alcanzarla. Lo cierto es que la alcanzamos gradualmente y aún relativa es su comprensión por nuestra parte.
Saber la verdad libera al ser de las ataduras de los clichés, dogmas y ritos, impulsando al hombre a su crecimiento porque le hace comprender las Leyes Morales que debe obedecer, multiplicando de este modo sus capacidades evolutivas.
Por lo tanto, comprueba si hay un encadenamiento lógico de las ideas en lo que lees, si el conocimiento posee el sello de la sabiduría que revela la auténtica superioridad, uniéndonos en un pensamiento común, de amor y práctica del bien. Analiza a fondo el contenido para comprender el mensaje y verificar si este es sublime.
Habrá siempre los defensores de puntos de vista secundarios, justificando las controversias, promoviendo por ignorancia el antagonismo.
Lo que resulta ser falso o verdadero son las teorías que se elaboran acerca de lo que existe, pero no la propia realidad en sí misma, que es la verdad. Hay personas que la interpretan, sin embargo los buenos espíritus nos enseñan el camino para alcanzarla con más prontitud.
Dos son los aspectos que tiene la verdad como unidad dialéctica de contrarios: el aspecto absoluto y el aspecto relativo.
La verdad absoluta en un sentido amplio es el conocimiento fiel del mundo visible e invisible en su totalidad, conocimiento que se constituye en un ideal al que la Humanidad tiende.
Mientras la verdad relativa es la representación incompleta, aunque correcta, de la realidad, que se profundiza con cada avance de la ciencia.
El Libro de los Espíritus nos responde en la cuestión 145 a la pregunta:
¿Cómo se explica que tantos filósofos, antiguos y modernos, hayan discutido durante tanto tiempo acerca de la ciencia psicológica sin haber llegado a la verdad?
“Esos hombres fueron los precursores de la doctrina espírita eterna. Prepararon el camino. Eran hombres y, como tales, se equivocaron a veces, porque confundieron sus propias ideas con la luz. Sin embargo, incluso sus errores sirven para hacer resaltar la verdad, pues muestran el pro y el contra. Por otra parte, entre esos errores se encuentran grandes verdades que un estudio comparativo os permite comprender.”
Encontramos en Juan 8:32 – “conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.” Esto dijo el maestro.
En la cuestión 626 de El Libro de los Espíritus, pregunta Kardec:
Las leyes divinas o naturales, ¿sólo fueron reveladas a los hombres por Jesús? Antes de él, ¿sólo por intuición tuvieron ellos conocimiento de dichas leyes?
“¿No hemos dicho que están escritas en todas partes? Los hombres que han meditado acerca de la sabiduría pudieron, pues, comprenderlas y enseñarlas desde los siglos más remotos. Mediante sus enseñanzas, aunque incompletas, ellos prepararon el terreno para recibir la simiente.
Dado que las leyes divinas se encuentran inscritas en el libro de la naturaleza, el hombre pudo conocerlas cuando se propuso buscarlas.
Por esa razón los preceptos que esas leyes consagran han sido proclamados en todos los tiempos por los hombres de bien, y también por eso encontramos sus elementos en la doctrina moral de todos los pueblos que salieron de la barbarie, aunque incompletos o alterados por la ignorancia y la superstición.”
En la cuestión siguiente 627, encontramos:
Puesto que Jesús enseñó las verdaderas leyes de Dios, ¿cuál es la utilidad de la enseñanza impartida por los Espíritus? ¿Tienen estos que enseñarnos algo más?
“La palabra de Jesús solía ser alegórica y en forma de parábolas, porque hablaba conforme a los tiempos y lugares. Ahora es necesario que la verdad sea inteligible para todos. Hace falta explicar y desarrollar esas leyes, puesto que hay muy pocas personas que las comprenden, y menos aún que las practican. Nuestra misión consiste en impresionar los ojos y los oídos, para confundir a los orgullosos y desenmascarar a los hipócritas, que presentan las apariencias de la virtud y de la religión para encubrir sus bajezas.
La enseñanza de los Espíritus debe ser clara e inequívoca, a fin de que nadie pueda alegar ignorancia y que cada uno la juzgue y la aprecie con su propia razón. Estamos encargados de preparar el reino del bien que Jesús anunció. Por eso es necesario que nadie pueda interpretar la ley de Dios con arreglo a sus pasiones, ni falsear el sentido de una ley que es por completo de amor y caridad.”
¿Por qué la verdad no siempre ha sido puesta al alcance de todos?
“Es preciso que cada cosa llegue a su tiempo. La verdad es como la luz: hay que habituarse a ella poco a poco, de lo contrario deslumbra.
“Nunca sucedió que Dios permitiera al hombre recibir comunicaciones tan completas e instructivas como las que le es dado recibir en la actualidad. Había en la antigüedad, como sabéis, algunos individuos que se encontraban en posesión de lo que ellos consideraban una ciencia sagrada, a la que convertían en un misterio para quienes, a su entender, eran profanos. Debéis comprender, con lo que conocéis acerca de las leyes que rigen esos fenómenos, que dichos individuos sólo recibían algunas verdades dispersas en medio de un conjunto de ideas equívocas y casi siempre emblemáticas. Con todo, para el hombre estudioso no hay ningún sistema filosófico antiguo, tradición o religión que pueda despreciarse, pues todos ellos contienen gérmenes de grandes verdades que –aunque parezcan contradecirse unas con otras, dispersas como se hallan en medio de accesorios sin fundamento– resulta muy fácil coordinar, gracias a que el espiritismo os ofrece la clave de una infinidad de cosas que, hasta ahora, han podido pareceros irracionales y cuya realidad hoy se os demuestra de una manera irrecusable. Por consiguiente, no dejéis de buscar en esos materiales temas de estudio: los hay muy valiosos y que pueden contribuir sobremanera a vuestra instrucción.” Esta es la cuestión 628.
Vemos pues que el destino de todo hombre que desea saber, es conocer la verdad. Conocerla progresivamente acorde a su propia evolución, pues conocer la verdad demanda responsabilidad y esto acarrea consecuencias. Por ello, cada información a su tiempo, pues la verdad es como la luz, debe exponerse poco a poco para no deslumbrar.
Por esto, beber de la fuente espírita es lo más seguro. Desmenuzar el conocimiento de la codificación por medio del estudio de su triple aspecto y encontrar en uno mismo el camino de la verdad. La doctrina espírita, esta gigantesca obra, comprende cerca de 8.000 páginas que componen la Tercera Revelación.
Al saciar la sed de verdad en ella evitaremos las desvirtualizaciones y toxicidad que manchan su pureza.
Para muchos adeptos y seguidores del espiritismo, infelizmente Allan Kardec es casi un desconocido. Después de enterarse de algunos conceptos incorporan opiniones personales deducidas de sus vivencias y creencias, agregando al espiritismo pareceres que no le pertenece.
Muchos espíritas, dirigentes de centros espíritas o frecuentadores se han quedado en lo superficial, distanciándose de las aportaciones excelsas de los espíritus superiores, mezclando conceptos con otras corrientes, introduciendo reglas, normas e incluso ritos inexistentes en la doctrina espírita, promoviendo la contaminación de los caracteres de la Revelación Espírita, creando algo que no es espiritismo.
Algunos espíritas han leído por encima, de forma muchas veces displicente. Otros no buscan poner en práctica sus enseñanzas y se mantienen en lo cómodo de los errores diarios.
Esta extendida forma de actuar conduce a que se pierda la racionalidad, ya que trae prácticas no acordes con la doctrina, una predominancia de la religiosidad y una relajación de la exigencia ético-moral que nos explican los mensajeros de Jesús que debemos procurar seguir.
Observamos, además, que en muchas casas espíritas aún se desprecian a miembros de sus propios centros.
Allí vemos jerarquías, mandos, áreas de actuación restringidas a unos y no a otros.
Analizamos las actitudes de algunos que promueven boicots, donde existen los celos expresados de forma abierta o disimulada y por qué no decirlo, las intrigas.
Allí se salta a la torera y de forma muchas veces consciente en pro de uno mismo las enseñanzas traídas por el maestro lionés, Allan Kardec. Vemos el orgullo aún latente en aquellos que no piden perdón por sus malos procederes. Un centro espírita que debería ser un lugar de amparo, igualdad, armonía, estudio y convivencia.
No hay un espírita sincero y versado en las sublimes máximas morales que pueda querer el mal, promover la discordia, recrearse en el desprecio, fomentar la diferencia de clases de cualquier índole, perseguir a otro, ni desear su caída. Sí así sucede, es porque aún no se ha cambiado. Pero la luz se hará tarde o temprano.
Nadie debe imponerse mediante coacción moral o material a un hermano.
No confundamos esto con decir lo correcto, aun enfrentándose a muchos, siendo fieles a uno mismo y a nuestras convicciones que buscan estar en sintonía con el espiritismo.
Advertir a un hermano del error es además de legítimo una obligación, ahora si éste quiere o no escuchar ya no nos incumbe. Tarde o temprano este espírita tendrá que corregirse.
Está claro que no somos perfectos, sin embargo, aquel que se dice espírita debe luchar de forma férrea contra estas acciones que subyugan a veces de forma muy sutil a otro hermano, procurando seguir con una conducta correcta.
Vemos que muchos tienen el espiritismo en la mente, incluso en la boca, pero todavía no en el corazón.
La razón y la moderación deben ser el supremo argumento que garantice el triunfo de la verdad, en contraposición al error.
Por esto es menester comprender los conceptos espíritas para ejercer un espiritismo puro y verdadero que respete la verdad.
Se deben estudiar a fondo las enseñanzas propuestas por la doctrina espírita, con disposición de entendimiento y de esta manera ampliar los horizontes, porque los verdaderos valores no se encuentran en la transitoriedad sino en la inmortalidad. Lo transitorio se difumina con el tiempo, lo inmortal permanece.
No obstante, vemos también a aquellos espíritas que se esfuerzan por cambiar sus maleas tendencias, que predican y muestran con su ejemplo los frutos del autoanálisis y del autoconocimiento.
Estos son los que van por el buen camino, estos son los que tienen el espiritismo en el corazón, además de tenerlo en la mente y en la boca, prestando siempre una buena palabra, ayudando siempre, favoreciendo y elevando al prójimo, con pureza de actitud.
¡Si quieres ser una buena persona, haz el bien!
Nos han traído, regalado, por medio de las manifestaciones espíritas, un conocimiento correcto cumpliendo lo dicho por Jesús acerca de que enviaría el Consolador, un conocimiento que impulsa al ser humano a su mejoría interior y consecuentemente a su progreso.
Si prestamos atención, una gran mayoría de libros espiritistas nos enseñan algo, pero no abarcan las profundas y fascinantes enseñanzas de los buenos espíritus recogidas en la compilación realizada por Allan Kardec.
Por lo tanto, no debemos falsear la verdad: si el concepto se encuentra desprovisto de fundamento, se encuentra lejos de ella.
San Agustín nos aclara en Conclusión V, de El Libro de los Espíritus que:
… “El desarrollo de las ideas espíritas presenta tres períodos distintos: el primero es el de la curiosidad, provocada por lo extraño de los fenómenos que se han producido. El segundo es el del razonamiento y la filosofía. Y el tercero, el de la aplicación y las consecuencias. El período de la curiosidad ha pasado. La curiosidad dura poco: una vez satisfecha, abandonamos el objeto que la provocaba para pasar a otro.
No sucede lo mismo con lo que se dirige al pensamiento serio y al juicio.
El segundo período ha comenzado, y el tercero habrá de seguirlo inevitablemente. El espiritismo ha progresado sobre todo desde que se comprende mejor su esencia íntima y se percibe su alcance, porque pulsa la cuerda más sensible del hombre: la de su felicidad, incluso en este mundo. Esa es la causa de su propagación, el secreto de la fuerza que lo hará triunfar.”
No hay nube que pueda opacar la luz más pura. Conocer la verdad nos hace libres. Estamos en este tercer período, donde debemos poner en práctica lo estudiado, esforzarnos por no equivocarnos, tener presente los principios espíritas en nuestras acciones.
Recomendamos el estudio minucioso de la doctrina espírita para todo aquel que desea realmente corregirse y progresar, pues nos explica Kardec, en el capítulo I punto 3.
«El carácter esencial de toda revelación debe ser la verdad. Revelar un secreto es dar a conocer un hecho; si es falso, ya no es un hecho y, por consiguiente, no existe revelación. Toda revelación desmentida por los hechos deja de serlo, en caso de que sea atribuida a Dios. Y puesto que Dios no miente ni engaña, no puede provenir de Él, de modo que debe ser considerada producto de una concepción humana.»
El carácter esencial de la revelación divina es el de la eterna verdad. Toda revelación contaminada de errores o sujeta a modificaciones no puede emanar de Dios.
Nos dijo Jesús:
“Muchas de las cosas que os digo, todavía no las podéis comprender, y muchas otras tendría
que deciros, que no comprenderíais; por eso os hablo por parábolas; con todo, más adelante habré de enviaros el Consolador; el Espíritu de Verdad, que restablecerá todas las cosas y os las explicará todas”. (San Juan, 14:16; San Mateo, 17.)
Como el Espíritu de Verdad es quien preside el gran movimiento regenerador, la promesa de su advenimiento se encuentra de esa forma cumplida, porque, de hecho, él es el verdadero Consolador y trajo por medio del espiritismo las respuestas a las cuestiones veladas.
Cláudia Bernardes de Carvalho
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Bibliografía
Kardec, A., El Libro de los Espíritus
Kardec, A., La Génesis, los milagros y las predicciones según el Espiritismo
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