Crimen de Níjar – ¿Pueden los muertos permanecer en el lugar donde murieron?

por Sede · Publicada 19 marzo, 2025 · Actualizado 19 marzo, 2025

Dos de cada diez españoles creen a pies juntillas en la existencia de espíritus, almas o espectros que provocan sonidos extraños que pueden ser percibidos en lugares abandonados y que incluso son vistos por personas que visitan estos lugares. Los misterios que envuelven a los edificios abandonados con una singular historia son atractivos a todos aquellos que buscan un turismo paranormal.

Uno de los casos más destacados es el del Cortijo del Fraile, en el Parque Natural Cabo de Gata (Almería). Se trata de un caserío señorial declarado como Bien de Interés Cultural, construido en el siglo XVIII por los frailes dominicos y expropiado en 1836. Desde entonces la finca se utilizó para labores del campo aunque actualmente su estado es descuidado y ruinoso.

Su fama se debe a una tragedia sucedida a principios del siglo XX, que sirvió de inspiración literaria a varios escritores, como el poeta granadino Federico García Lorca quien la plasmó en su obra maestra “Bodas de Sangre” o Carmen de Burgos que la recogió en “Puñal de Claveles”.

El origen de la tragedia se remonta a 1928, cuando el encargado de la finca acordó el matrimonio de su hija pequeña Francisca Cañada Morales, conocida como Paquita ‘La coja’ con un hombre rico de Almería, Casimiro Pérez Morales.

Horas antes de la ceremonia nupcial la novia huyó con su primo, Francisco Montes Cañadas, a lomos de una mula. En su huida, inesperadamente se toparon con unos parientes invitados a la boda: José Pérez Pinto hermano del novio y Carmen, de la novia. Percatándose José de la traición, echó mano de un arma que llevaba encima efectuando tres disparos contra Francisco, hiriéndole mortalmente. El fatídico hecho quedó conocido como el Crimen de Níjar.

Los visitantes aseguran percibir una entidad en este lugar maldito de leyenda de amores contrariados.

¿Pueden los muertos permanecer en el lugar donde murieron de forma trágica?

La doctrina espírita aclara que sí, los espíritus son los seres inteligentes de la creación. Pueblan el universo fuera del mundo material y pueden permanecer estacionados en su evolución por un tiempo relativamente largo, pero nunca eterno.

Esto sucede por diferentes motivos. Lo que mueve a un espíritu es su voluntad. Puede ser que el espíritu no consiga aceptar su nueva situación de desencarnado, guardando odio y rencor para con aquellos que le han arrebatado la vida física quedando su mente estacionada en ese momento, por lo que su sentimiento y pensamiento reviven constantemente el momento de la muerte.

Entre otros motivos podemos citar la culpa, el apego, el miedo, la envidia, la codicia, el rencor o la venganza. Estas emociones aprisionan al espíritu en un determinado nivel evolutivo, no permitiendo su liberación. Para continuar en su evolución, hay entidades buenas que pueden ayudarle, pero el espíritu debe desvincularse de este hecho y de las emociones inferiores, así como dirigir su pensamiento a Dios, para poder encontrarlos y seguir adelante.

Hay personas que niegan estas apariciones ya que no admiten el mundo incorpóreo e invisible, creen explicarlo todo con la palabra alucinación. La ciencia espírita razona con mucho detalle estos encuentros con el Más Allá y explica que en las apariciones – como en todos los otros fenómenos espíritas – existe el carácter inteligente, que es la mejor prueba de su realidad. Toda aparición que no da ninguna señal inteligente puede ser terminantemente considerada una ilusión.

Estuda el espiritismo para entender el Mundo Mayor o hiperfísico.