¡Faltan diez días!
Así como el infinito tiene sus colores impresionantes, sus mundos y sus soles, así como el espacio posee sus energías lumínicas, los corazones poseen su enorme brillo multicolor y su contundente fuerza de la verdad.
Cosmos significa orden y es la noción antagónica del caos. La Ley Natural obedece a la ley del Amor, que es la única vía del orden y la única fuerza que combate el caos.
Desde el sentimiento más grande, desde lo que no podemos ver, desde lo que escapa a nuestros sentidos hasta lo más pequeño dentro de nuestro sentimiento, todo lo que existe es Amor.
Esta palabrita tan pequeña, Amor, es el único fin verdadero, la única inmensidad que realmente existe y se expresa en todos los idiomas. Todos los pueblos definen el Amor porque es el verbo divino, es la esencia de la vida.
En muchos países occidentales se conmemorará dentro de 10 días, el 25 de diciembre, el nacimiento de Jesús, el Amor enviado por Dios.
Es una solemnidad estipulada, originaria de algunos intereses movidos por mundanos beneficios. Tuvo en su principio una finalidad, que hoy día está algo distorsionada.
Las calles están galardonadas de luces, las plazas tienen puestos de souvenirs, los colores rojos y dorados lucen por todas partes. ¡Las bolas de diferentes tamaños con sus diversas formas y las guirnaldas denotan que es Navidad!
Algunos espacios públicos presentan Belenes o Portales a tamaño natural o en miniatura, con figuras que representan los elementos y personajes que forman parte de la escena del nacimiento de Jesús. También vemos las coronas de Adviento colgando en las puertas y en las mesas. Hay olores de castañas asadas, turrones y polvorones.
Vemos a los niños correteando de aquí para allá con su alegría contagiosa, la gente paseando, disfrutando.
Los villancicos suenan alto, se oye el bullicio navideño proporcionando un extra de ilusión y las casetas ofrecen opciones variadas de compras.
Cada ciudad busca tener el árbol más grande, la feria más llamativa, intentando atraer a los turistas y las multitudes se aglomeran, empujándose sin respeto muchas veces para ser el primero en ver, para tener la mejor foto, para ser el innovador en redes sociales.
Las casas ya están haciendo acopio de comida para la gran cena, con sus neveras llenas de alimentos, la lista de la compra aún no ha terminado…. La bebida, el jamón, las gambas…. que no falte de nada.
La lista de los regalos inquieta a unos, ya que los precios de todo están por las nubes, otros más precavidos ya han adquirido lo que quieren. Que no se olvide el papel para envolver, el celo, las pegatinas…
El árbol puesto, el pesebre adornando la entrada. ¡Faltan aún las luces en la terraza! La publicidad insiste en que son los pequeños detalles, los que crean un hogar completo y acogedor. Los objetos, unos funcionales, otros que por su originalidad y exclusividad denotan status que crean un ambiente mágico y único.
Toda la creencia cristiana está repleta de tradiciones transmitidas desde hace muchos siglos de generación a generación. Pero ¿cuál es el verdadero significado de la Navidad, su origen, su historia y su razón de ser?
¿Todo esto es necesario? ¿Realmente hace falta todas esas cosas materiales para sentir a Jesús?
En los comercios, en los escaparates, no se encuentra a Jesús. ¿Pero se encuentra en las casas?, ¿Dónde está este modelo, este ser que ha venido a mostrarnos el camino?
¿Dónde está Jesús?
En los corazones que aman. ¿Qué es vivir, sino amar?
La Navidad es algo simbólico que queremos recordar, es la forma más común que tiene la sociedad de tener presente a nuestro amado Maestro.
El ser humano necesita recordar, porque recordando vuelve a poner los pies en el suelo, vuelve a tener en mente la finalidad de la vida. Porque las distracciones son absorbentes y desligan, deshacen los vínculos de la verdad.
Recordar provoca que los hombres que olvidan rápidamente se separen por un momento de las tribulaciones de la vida, y tomen conciencia de qué han venido a hacer en la Tierra.
Recordar a Jesús es analizar la vida, es sentir que Él trató de dejarnos un camino que pudiéramos seguir. Es ordenar los pensamientos apartando el caos que nos generan los estímulos exteriores.
Su corta existencia fue todo un ejemplo de cómo actuar, de cómo servir.
Según las interpretaciones evangélicas, en el momento del nacimiento de Jesús en Palestina los pastores tenían a los rebaños en el campo, por esto no es factible que haya nacido en el invierno.probablemente ocurriese en primavera o en verano, no lo sabemos, pero desde luego en una estación amena.
María y José según los relatos se refugiaron en un pesebre humilde junto a los animales.
Su lugar de nacimiento, que hoy sabemos deseó cuando espíritu antes de su encarnación, fue un pesebre, lo cual nos muestra sus elecciones.
Nacer en un pesebre fue su opción para darnos ejemplo de la superficialidad de la materia. El pesebre simboliza el milagro de Su nacimiento. La razón real de su encarnación fue darnos el ejemplo del buen hacer.
No sabemos la fecha exacta de Su alumbramiento, es una conmemoración que se celebra según el calendario gregoriano. Atendiendo a los registros históricos sabemos que sucedió durante el gobierno de Herodes El Grande.
En su simplicidad, este niño amado, espíritu superior, alma pura vino a la Tierra por Amor. Él sí es el Grande entre los grandes.
La costumbre señala un lugar como el sitio donde nació, aunque probablemente no sea exacto, pero esto realmente no importa.
Incluso dio lección de cómo morir. ¿Qué quiso mostrarnos? Que la muerte no existe como tal, que los sentimientos siguen vivos y que la consciencia permanece activa en otra dimensión.
En una casita pequeña, en una calle simple de un barrio de una ciudad de España, no se ve ningún adorno. Cruzando el umbral de la puerta, nos adentramos en un salón pequeño. Allí no hay nada que indique que se aproxima una gran celebración. ¿No serán cristianos?, ¡Qué raro que no celebren la Navidad!
Sin embargo, uno se siente muy bien, muy a gusto en esta casa, hay algo invisible que te hace sentir atracción por este pequeño hogar… un sentimiento de verdad, de Amor, que penetra los poros de la carne. La calidez de la verdad, la comodidad de estar en paz, la pureza de la conciencia tranquila, los fluidos sutiles de la fraternidad, la fuerza inquebrantable del Amor son los abrazos que se sienten al estar allí.
Es inevitable, las buenas vibraciones te atraen y no quieres irte de este lugar. Fuerzas invisibles te atrapan, porque todos queremos sentirnos bien, todos queremos estas sensaciones superiores y como imán inmaterial, atrae y deseas permanecer unido a estas energías.
Los corazones de estas personas están adornados por el Amor, sus corazones brillan más que las bombillas de los árboles de plástico o de los escaparates de las frías calles. Las personas que viven allí poseen la grandeza de la intensidad de la luz del Amor.
Engalanaron sus corazones para Jesús, es en el interior de sus almas donde se encuentra la gran fiesta, es allí donde los buenos sentimientos aparecen totalmente desnudos, haciendo reverencia a Dios. ¡El brillo de sus espíritus, la sutileza de sus periespíritus, no se ven en este mundo! Pero se siente la calidez envolvente del Amor.
La belleza de la pujanza de los buenos sentimientos es la fortaleza del alma.
Te encuentras con almas bonitas, almas elevadas que aportan esencia en este mundo torcido, desviado, que camina rumbo al abismo de las pasiones viles y miserables.
La Navidad es en general una fiesta familiar, donde se busca hermanar con las personas que queremos y la confraternización es sin barreras, es sin culpabilidad, es sin desprecio a nadie.
Muchos como estas personas viven la fecha con recogimiento, con sentimiento real de Amor fraterno. ¡La decoración navideña de sus almas es la más bella de todas! El altar son sus corazones y el humilde y simple pesebre son sus acciones.
¡Oh, Dios mío! ¡Oh, Padre Nuestro! ¡Oh, Señor amado! ¿Por qué nos empeñamos en salir de tus brazos amorosos? ¿Por qué no tenemos la firme determinación de seguirte?
No es tan difícil, muchos antes que nosotros lo han conseguido, han logrado ascender, para ello nos han dicho que basta vivir con Amor y por Amor. ¡Jesús nos ha enseñado que no hagamos lo que no nos gustaría que nos hiciesen, es tan simple!
Qué fácil es despistarse, que fácil es olvidar, que fácil es hacer oídos sordos y priorizar la materia, priorizarse a uno mismo, pasar de los demás.
Vivir Jesús en su verdadera aceptación es sentir el Amor por todos y en todo.
¡Dios es la fuente, Jesús es el agua! El manantial de la felicidad está en el Amor, en la justicia y en la caridad.
¡Aún estamos en guerra! Unos con la nación de al lado, otros con su familiar, otros con su jefe, otros con un conocido. Aún estamos en la sintonía del egoísmo y del orgullo. Yo primero, lo mío primero, mis satisfacciones son lo importante, nunca es suficiente para mi propio deleite.
¡Qué equivocados estamos!
El perdón es grato a Dios, la conciliación es agradable a Dios, la fraternidad es la Ley de Dios.
Arreglad vuestra conducta, cuidad de vuestro corazón, llenadlo de Amor que es lo único que nos llevamos, lo único que importa.
Vivir la Navidad es sentir a Jesús en el alma, es dar para servir, es ser útil al prójimo con las manos llenas de cariño y amabilidad.
Confraternicemos con alegría por tener a Jesús en nuestros corazones, seamos felices por estar aquí, por tener la vida, por poder cambiar a mejor cada día.
Os dejo una oración preciosa de un autor desconocido.
Dios nuestro Padre, que sois todo poder y bondad.
Dale fuerza a aquél que está pasando por la prueba, dale la luz a aquél que busca la verdad, pon en el corazón del hombre la compasión y la caridad.
Dios, dale al viajero la estrella guía, al afligido el consuelo, al enfermo el reposo.
Padre, dale al culpable el arrepentimiento, al espíritu la verdad, al niño la guía, al huérfano el padre.
Señor, que Vuestra bondad se extienda sobre todo lo que creaste.
Piedad, Señor, para aquél que no Le conoce, esperanza para aquél que sufre.
Que Vuestra bondad permita a los espíritus consoladores derramar por todas partes la paz, la esperanza y la fe.
Dios, Un rayo, una centella de Vuestro Amor pueden abrasar la Tierra. Déjanos beber de la fuente de Vuestra bondad fecunda e infinita y todas las lágrimas se secarán, todos los dolores se calmarán.
Un solo corazón, un solo pensamiento subirán hasta Vos, como un grito de reconocimiento y de Amor.
Como Moisés sobre la montaña, nosotros os esperamos de brazos abiertos.
¡Oh Poder! ¡Oh bondad! ¡Oh belleza! ¡Oh perfección! Y queremos de alguna forma merecer Vuestra misericordia.
Dios, danos la fuerza de ayudar al progreso, con el fin de subir hasta Vos.
Danos la caridad pura, danos la fe y la razón, danos la simplicidad que hará de nuestras almas el espejo donde debe reflejarse Vuestra divina imagen.
Oración de Cáritas
¡Faltan diez días, estamos en víspras de la celebración del nacimiento de Jesús, pero deberíamos honrarlo cada día con nuestra trasformación moral, buscando respetar Sus enseñanzas en cada acción, con cada espíritu que se cruce en nuestro camino!
En diez días deseo que vuestros corazones se llenen de Él, de Su Amor. Deseo que vuestra fiesta sea la conciencia tranquila de la obra bien hecha.
¡Os deseo Felices Fiestas, una verdaderas fiestas con Jesús en el corazón!
Cláudia Bernardes de Carvalho
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