La vida futura
…() El Espiritismo, esencialmente positivo en sus creencias, rechaza toda clase de misticismo, a menos que bajo este nombre se comprenda, como hacen los que en nada creen, toda idea espiritualista de la creencia en Dios, en el alma y en la vida futura.
Cierto que induce a los hombres a que se ocupen seriamente de la vida espiritual, porque esta es la vida normal, y en ella deben realizarse sus destinos, pues la vida terrestre solo es transitoria y pasajera.
Por las pruebas que da de la vida espiritual, les enseña a no dar a las cosas de este mundo más que una importancia relativa, dándoles así fuerza y valor para soportar con paciencia las vicisitudes de la vida terrestre.
Pero enseñándoles que, al morir, no dejan definitivamente este mundo, que pueden volver a él a perfeccionar su educación intelectual y moral, a menos que estén bastante adelantados para merecer un mundo mejor, que los trabajos y progresos que aquí realizan o hacen realizar, les serán provechosos a ellos mismos, mejorando su posición futura; les enseña que todos tienen interés en no descuidarlo.
Si les repugna volver, como tienen su libre albedrío, depende de ellos hacer lo preciso para ir a otro mundo: pero el Espiritismo advierte a los hombres que no se engañen acerca de las condiciones que puede proporcionarles un cambio de residencia.
No lo obtendrán a beneficio de algunas formulas en palabras y en acciones, sino por una reforma seria y radical de sus imperfecciones, modificándose, despojándose de sus malas pasiones, adquiriendo cada día nuevas prendas, enseñando a todos con el ejemplo la línea de conducta que ha de conducir solidariamente a todos los hombres a la dicha, por medio de la fraternidad, la tolerancia y el amor.
La humanidad se comporte de personalidades que constituyen las existencias individuales y de generaciones que constituyen las existencias colectivas.
Las unas y las otras caminan hacia el progreso por fases variadas de pruebas, que son así individuales para las personas y colectivas para las generaciones.
Del mismo modo que para el encarnado cada existencia es un ‘paso’ hacia adelante, cada generación señala una etapa de progreso para el conjunto, y este es el progreso irresistible que arrastra las masas al mismo tiempo que modifica y transforma en instrumento de regeneración los errores y preocupaciones de un pasado llamado a desaparecer.
Pero como las generaciones están compuestas de individuos que han vivido ya en las generaciones precedentes, el progreso de las generaciones es, pues, la resultante del progreso de los individuo….()
Es muy interesante prestar atención a esta advertencia espiritual realizada en La vida futura, Obras Póstumas, que nos explica que sin una reforma verdadera y profunda de nuestras imperfecciones no obtendremos una ascención muy grande que nos lleve a mundos más avanzados que la Tierra.
Es curioso observar que muchos personas por el simple hecho de haber adquirido cierto conocimiento teórico de las verdades universales cree que ya tiene un alto nivel de sabiduría, que ya sabe más que los demás y con esto y un poquito de buenas acciones basta para estar cumpliendo con su misión y con esto irán a un mundo mejor en la próxima encarnación.
Pues en realidad no es así.
Algunos al ser concientes de las Leyes Morales creen que las cumplen al 100%, no se percatan de sus errores, porque no se autoanalizan.
Otros son indulgentes con determinadas faltas que cometen, se perimten cotillear, coger algo que no es suyo cuando nadie lo ve, no deberíamos permitir estos pequeños deslices restando imporancia por no tener mayor alcance.
Existen aquellos que se permiten hacer justicia con sus proprias manos no olvidando una afronta y teneniendo pensamientos de que le vaya mal al otro esperando a que sea perjudicado.
Hay también aquellos que son intolerantes con la diversidad, excluyentes con hermanos de otras naciones o razas, no aceptan las normas sociales o gubernamentales, son egoístas y orgullosos.
Nos dicen los buenos espíritus que la existencia terrestre no es la primera, ni la última, pero sí una de las
más materiales y lejanas de la perfección, sin una reforma seria y radical de las imperfecciones no pasaremos a otros mundos más adelantados.
Nos hablan de lo individuo y de la colectividad, y la relación de progreso entre ambos, de las pruebas o recates que pueden sufrir equilibrando así por medio de la Ley de acción y reacción sus deudas.
Bueno, sabemos que los cambios son progresivos y que siempre, siempre tendremos nuevas oportunidades, porque el espíritu es inmortal y una vez creado es eterno y Dios le da las oportunidades infinitas de superación.
Nos explican además que si ponemos empeño llegaremos más temprano, disfrutando de la perfección y de la dicha suprema.
¿Qué ventajas tendríamos al cambiar de mundo?
En los mundos superiores a la Tierra el bien impera, no se siente las tribulaciones de la vida material, ni las angustias inherentes a la inferioridad.
La vida futura es la vida espiritual, sin embargo la reencarnación es necesaria para pulir al espíritu, despojarlo de sus inferioridades.
Recordad lo dicho por Jesús: «Los mansos heredarán la Tierra.»
¿Por qué dijo esto?
Porque sabía de la resistencia del hombre al cambio y que este cambio es progresivo.
Son muchos los matices que el hombre debe corregir en su vida diaria. O sea, lo más probable es que volvamos a encarnar en la Tierra y por esto debemos cuidarla y mantenerla, pues seguirá siendo nuestra casa mañana.
Si efectivamente no existiera una vida espiritual, si la vida futura fuera una quimera, si todo lo dicho por los Espíritus superiores fuera falso, la vida presente no tendría otro objeto que la preservación de todo lo material y la concentración de todos los pensamientos y deseos en los goces terrenos, sin tener en cuenta el perjuicio ajeno.
Sin embargo, sabemos que la vida futura existe.
Observamos la Naturaleza, que no fue creada por el hombre; observamos el espacio infinito, que tampoco fue creado por el hombre; conocemos las fuerzas electro-magnética que actúan en nuestro mundo, analizamos las criaturas, todas distintas y únicas, que nos dan la pista de la verdad.
Si aplicamos el axioma que utiliza la ciencia, de que no hay efecto sin causa no existe otra explicación de que existe algo más, que la nada no podría haber creado todo.
Por lo tanto, llegaremos a mundos más avanzados cuando estemos acorde intelecto-moralmente con ellos. Solo cuando el espíritu haya adquirido todo su desarrollo y se haya emancipado de los prejuicios del orgullo y de la ignorancia, podrá ver y entender claramente la obra de Dios.
Al alcanzar la perfección nuestro destino se hará cumplir. El espíritu comprenderá y servirá a Dios.
Los espíritus puros ¿habitan en mundos especiales, o están en el espacio universal sin predilección de un globo sobre los otros?; cuestión 188 de El Libro de los Espíritus.
«Los espíritus puros habitan en ciertos mundos, pero no están confinados en ellos como los hombres en la Tierra, y más fácilmente que los otros pueden estar en todas partes.»
Los espíritus puros sirven a Dios ayudándolo en su obra, son sus ministros y agentes de Su voluntad.
Por lo tanto, cada uno de nosotros llegaremos allí, todos seremos ministros de Dios, basta con perfeccionarse y para ello no debemos desatender nuestro progreso.
Me pregunto: ¿Por qué nos empeñamos en ser condencendientes con nosotros mismos postergando un bien estar espiritual y la comprensión de Dios?
No descuidemos nuestra reforma. Esforcémonos por alcanzar de forma libre y conciente nuestro progreso espiritual, ensanchando nuestra inteligencia y nuestro corazón, por medio del respeto a la Ley de justicia, amor y caridad.
Cláudia Bernardes de Carvalho
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Bibliografía
Kardec, A., El Libro de los Espíritus
Kardec, A., Obras Póstumas
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