Los fluidos
Es imposible hacer una enumeración o clasificación de los fluidos buenos y malos, así como especificar sus cualidades respectivas, dado que su diversidad es tan grande como la de los pensamientos.
Los fluidos no poseen cualidades sui generis, sino las que adquieren en el medio donde se elaboran; se modifican mediante los efluvios de ese medio, como el aire por las exhalaciones y el agua por las sales de las capas que atraviesa.
Según las circunstancias, esas cualidades son, como las del agua y del aire, temporarias o permanentes, lo que los hace especialmente apropiados para la producción de tales o cuales efectos.
Los fluidos tampoco poseen denominaciones especiales.
Al igual que los olores, son designados según sus propiedades, sus efectos y tipos originales.
Desde el punto de vista moral, son portadores de la marca de los sentimientos de odio, envidia, celos, orgullo, egoísmo, violencia, hipocresía, bondad, benevolencia, amor, caridad, dulzura, etc.
Desde el punto de vista físico, son excitantes, calmantes, penetrantes, astringentes, irritantes, suavizantes, soporíferos, narcóticos, tóxicos, reparadores, vomitivos; se convierten en fuerza de transmisión, de propulsión, etc.
El cuadro de los fluidos sería, pues, el de todas las pasiones, las virtudes y los vicios de la humanidad, y también el de las propiedades de la materia, en correspondencia con los efectos que ellos producen.
La Génesis, milagros y predicciones según el Espiritismo, Calidad de los fluidos, Capítulo XIV.
Bibliografía
Kardec, A., La Génesis, los milagros y las predicciones según el Espiritismo
Comentarios recientes