No avanzar es de cierta forma retroceder
El título escogido para este escrito no fue elegido por casualidad, es un fragmento de una frase de Allan Kardec escrita en un pasado reciente hace 165 años, donde ya se prognostica la entrada de la nueva fase para la Humanidad.
Observando los acontecimientos naturales que se acentuaron en las últimas décadas y los grandes cambios que están sucediendo con más intensidad en nuestros años vemos que ellos nos conducen al final de una época en que la Humanidad debe saber elegir correctamente el camino que hará que herede la Tierra.
Pero no son solo los cambios naturales que nos indican que halgo está sucediendo, también los cambios conducturales de las personas nos dan un indicativo que la nueva era ya está en proceso de implantación.
Aún tenemos constancia de atrocidades y de malas práxis en diversos ámbitos fruto del egoísmo, este comportamiento neutraliza todas las demás cualidades y debería de debilitarse a medida que predomine la vida moral sobre la material. Poco a poco vamos acatando las normas de conducta idóneas.
Es aquí y ahora, cuando debemos evidenciar que el sentimiento de amor es robusto y dominante en nosotros y que está por encima de cualquier otro sentimiento movido por el egoísmo. Más numerosos son los hechos de solidaridad, bondad y fraternidad en la sociedad actual, pero son aún silenciosos.
La época contemporánea es de transición, para formar parte del nuevo mundo que está a la vuelta de la esquina por implantarse definitivamente se necesitará una conducta bien definida.
Este nuevo mundo que se avecina es la propria Tierra, nuestro lindo planeta azul seguirá donde está, pero lo que cambia es su patron vibratorio y los espíritus que encarnen en él deben tener una vibración acorde. Una vibración más alta en sintonía con los valores nobles y con el respeto a las leyes divinas.
Nos dijo Jesús, “Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán la Tierra» (Mateo 5:4), por lo tanto, reencarnarán aquí solamente aquellos espíritus que tendan a la mansitud, bondad y amor.
Por estas máximas Jesús elevó a ley la dulzura, la moderación, la mansedumbre, la afabilidad y la paciencia; por consiguiente, condena la violencia, la cólera, y aun toda expresión inconveniente con respecto a sus semejantes.
Pero, ¿hemos alcanzado el nivel exigido como espíritus inmortales de buen proceder o seremos expulsados a mundos similares a la Tierra porque ésta sube de patamar evolutivo?
Debemos como espiritistas ser claros.
¿Qué será necesaio para formar parte del mundo de regeneración?
Será necesario una acción práctica y verdadera, que se demostre en los actos del día a día un cambio interno superior en que la predisposición al bien sea explícita. Hace falta una auténtica virtud para sacrificar la personalidad en beneficio de los demás y así respetar la unidad que es la principal expresión del Universo o mejor dicho, la gran ley de unidad que rige toda la obra de la Creación.
Debemos demostrar que nos sentimos realmente fraternos con nuestros semejantes, identificando el sufrimiento y las carencias ajenas actuando para aliviarlas, procediendo de forma activa para socorrer.
Encontramos en El Evangelio según el Espiritismo que toda palabra ofensiva es expresion de un sentimiento contrario a la ley de amor y de caridad, que debe arreglar las relaciones de los hombres y mantener entre ellos la concordia y la unión; que es un golpe dirigido a la benevolencia recíproca y a la fraternidad; que da pábulo al odio y a la animosidad; en fin, que después de la humildad hacia Dios, la caridad hacia el prójimo es la primera ley de todo cristiano.
¡Fuera de la caridad no hay salvación! Significa lo mismo que sin amor y caridad es imposible hacer parte de un mundo de regeneración.
En cualquier conflicto interpersonal que el amor sea superior al grado de egoísmo, que la fraternidad sea superior al individualismo, que la comprensión sea superior a la intransigencia, que la tolerancia sea mayor que la severidad.
Debemos dominar las debilidades, esforzarnos por controlar las malas inclinaciones, frenando las pasiones y así practicando lo mejor de nosotros podremos adquirir el pase para la nueva era. Con esta actitud estaremos en una vibración energética más alta afín a las vibraciones del mundo de regeneración.
San Agustín explica en El Evangelio según el Espiritismo,capítulo III, Progresión de los mundos:
«Ha llegado ya a uno de sus períodos de transformación, en el que de mundo de expiaciones va a convertirse en un mundo regenerador. Entonces, los hombres serán felices en la Tierra, porque en ella reinará la ley de Dios.»
Recordad que hay virtud cada vez que existe una resistencia voluntaria a las incitaciones de las malas tendencias.
Por ello es fundamental esforzarse todo lo posible, tratando de aprovechar el tiempo que nos quede, no nos es exigido que no cometamos falta alguna, sino que estemos atentos con un proposito firme de buena conducta.
¿Qué ocurrirá si no lo hago?
La limpieza o retirada de los espíritus inferirores del plano terreno ya ha empezado hace algún tiempo. Todos aquellos espíritus que no alcancen el nivel necesario serán llevados a encarnar a mundos similares a la Tierra, porque en la casa de mi padre hay muchas moradas (Juan 14:2), mundos de pruebas y expiaciones para seguir ahí su evolución.
El tono vibratorio de cada uno será el examen que pasemos. La nueva Humanidad estará constituyda por aquellos espíritus que sí han pasado el nivel de corte, aquellas que se esfuerzan por ser honestas, buenas, afables, sinceras y con inclinaciones a las cosas espirituales.
No olvidemos que el apego a las cosas materiales es un notorio signo de inferioridad pues situa al espíritu en un bajo patrón vibratorio y te impulsa al egoísmo. Podemos usar sin abusar pues estamos en um mundo material. Dios es abundancia, lo que pasa es que cuanto más sabes menos necesitas y es más libre quien menos necesita.
En esta nueva era la Humanidad será consagrada absolutamente al bien donde los valores del espíritu y el mejoramiento moral sean los objetivos a alcanzar, bajo los prismas del Evangelio de Jesús, ese Evangelio como garantía protectora de la civilización cuyo código de conducta es la guía de la nueva socedad y el espiritismo como precursor de las investigaciones científicas vinculadas a la inmortalidad del alma concluyrá su función de catalizador de conocimientos superiores que ennoblecen el alma, porque el conocimiento de la doctrina espírita hace ver las cosas desde tan alto que el sentimiento de la personalidad desaparece.
Dijo el codificador de la doctrina espírita, Allan Kardec que el hombre ha llegado a la época en que la luz sale por sí misma de debajo del celemín, y él está maduro para mirarla de frente. Para los que no se atrevan a abrir los ojos tendrán que seguir su curso en otras estancias pues no avanzar es de cierta forma retroceder.
Esto solo hará que los espíritus tarden más timpo en llegar, pues ninguno se perderá, el destino del espíritu es la prefección, tarde o temprano su meta será alcanzada, depende de cada uno la ellección del tiempo que cueste de acuero a sus actos.
La Tierra abrigará a los que sí desean avanzar. Ha llegado el tiempo de mirar las cosas en forma amplia y elevada.
Característica de un mundo de regeneración de acuerdo con El Evangelio según el Espiritismo:
Mundos regeneradores sirven de transición
Entonces será cuando el alma libre dominará todos los horizontes; ya no tendrá sensaciones materiales y groseras, sino los sentidos de un espíritu puro y celeste, aspirando las emanaciones de Dios, bajo los perfumes de amor y de caridad que se derraman de su seno.
Por lo tanto, un mundo en que se está transformando la Tierra es aquel en que se está alcanzado poco a poco estas características y en ella ya no encarnarán espíritus que no alcancen la vibración del amor fraternal.
Hagamos por heredar nuestro proprio hogar y seguir así el camino de ascensión espiritual.
Cláudia Bernardes de Carvalho
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Bibliografía
Kardec, A., El Evangelio según el Espiritismo
Kardec, A., El Libro de los Espíritus
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