¿Unificación o fidelidad a la revelación espírita?
¿Qué es unificación?
«Hacer que cosas diferentes o separadas formen una organización, produzcan un determinado efecto, tengan una misma finalidad, etc.»
La revelación espírita unifica por sí sola en el sentido de que, se valora el significado de la definición espiritismo kardeciano; sin embargo, la unificación en las formas de actuar de sus miembros en las diferentes asociaciones, sociedades, casas o centros espiritistas, puede variar enormemente.
Desde tiempos remotos, concretamente en el primer siglo de la era cristiana, Jesús de Nazaret, puso el ejemplo del por qué habrían situaciones molestas e incomodas, sacudidas intensas, causando perplejidad a muchos integrantes de las mencionadas asociaciones; estas situaciones o circunstancias harían muy, muy difícil, casi una quimera, esa unificación sin afinidad de caracteres entre sus miembros.
Al consultar la obra de Allan Kardec que trata esencialmente sobre la moral cristiana, vemos lo siguiente: En el libro El Evangelio según el Espiritismo en su capítulo XX, el Maestro Jesús habla del dueño de una viña que busca gentes, para trabajar en su campo; este dueño va a la plaza pública y contrata a distintos grupos de personas completamente dispares entre ellas.
Al primer grupo contratado en las primeras horas del día les ofrece una cantidad específica que todos, de común acuerdo aceptan; y con el buen ánimo y esperanza de recibir esa recompensa, empiezan a trabajar.
Transcurren las horas y dicho dueño ve la necesidad de contratar a más trabajadores; sin embargo, a todos estos les va diciendo que les pagará lo que él considere oportuno; de igual modo que los anteriores, estos que son contratados después aceptan el acuerdo ofrecido y poco a poco se van uniendo paulatinamente al conjunto de los primeros.
Finaliza la jornada y el dueño reúne a todos los trabajadores contratados para entregarles la cantidad acordada.
Y el dueño, magnánimo, entrega a cada uno de ellos la misma cuantía que había concertado con los primeros trabajadores.
(Este capítulo XX del libro antes mencionado tiene varios significados; en este caso se puede aplicar al asunto de la unificación conforme a la pregunta que inicia éste artículo.)
Los primeros trabajadores comprueban que todos reciben por igual la misma cantidad; se enfadan muchísimo, se rebelan alegando que ellos merecen más…
Rechazan entender la generosidad del amo de la viña y se forma un gran malestar, juzgan y acusan de injusto al dueño que les había contratado.
La armonía que se había formado durante aquella jornada de trabajo se rompió por completo.
Jesús, como el gran Médium de Dios que es, presenta esta parábola para demostrar los bajos sentimientos que afloraron en aquella situación; emociones y sentimientos de odio, orgullo, egoísmo, celos, ciego fanatismo, rabia, envidia, intolerancia, vanidad, etc.
Hay una tremenda y triste semejanza entre los trabajadores de “aquella viña y la de ahora”; por ello, la unificación entre los integrantes de las sociedades espíritas, sólo por el hecho de ser por sí sola, en sí misma, como se dijo antes, es prácticamente una quimera.
En el movimiento espírita, “esa viña espiritual” en la que se está trabajando, de vez en cuando, se presentan también este tipo de problemas, desavenencias, altercados; incluso, ocurren divisiones de los grupos formados que en un principio disfrutaban de armonía, y por causa de los mismos bajos sentimientos antes citados se rompe “la unidad.”
En El libro Los Médiums, editado en el siglo XIX también por Allan Kardec, se encuentran varias respuestas del Espíritu de Verdad, que en dialogo mediúmnico le va explicando el por qué de las divisiones entre los miembros de las casas espíritas; en el ítem 302 del capítulo XXVII, Kardec plantea:
“Mientras la unidad del Ideal Espírita se concreta cada uno cree que su verdad es la mejor, y alega como verdadero sólo lo que el sabe; una ilusión que los Espíritus embusteros no dejan de alimentar..”
El Espíritu de Verdad conciso y claro responde:
“..La unidad habrá de lograrse allí donde el bien nunca se halla mezclado con el mal.
Además, los principios fundamentales son los mismos en todas partes, y deben uniros en un pensamiento común..El del amor a Dios y la práctica del bien.”
Por lo visto, en esa época más cercana a la nuestra, también iban surgiendo discordias.
¿Qué significa fidelidad a la revelación espírita?
«Ser fiel implica una conexión verdadera a una fuente.»
El significado original de la fidelidad tiene por tanto una implicación, la de crear un vínculo de lealtad y éste vínculo, a su vez, estará dirigido hacia el cumplimiento del deber.
Sin embargo, ¿Podrá haber fidelidad y lealtad entre las diversas personalidades de todos los integrantes en las filas del movimiento espírita de la actualidad, sin la afinidad de caracteres..?
Allan Kardec en el ítem 334, del citado libro Los Médiums nos dice muy claramente:
“El espiritismo acabado de nacer, todavía es considerado de maneras muy diversas, poco comprendido en su esencia, por un gran número de adeptos. Por esa razón, aún no se ha logrado establecer un vínculo poderoso entre los miembros de lo que se denomina una asociación espírita.”
El libro Los Médiums se editó en 1861.. ¿Cuantas veces se habrán considerado por los espiritistas estas cuestiones?
¿Qué hay de la benevolencia tan recomendada por los Espíritus Elevados?
¿Qué hace saltar por los aires esa armonía en “la jornada laboral” de ahora mismo?
¡Aquellos mismos bajos sentimientos de los trabajadores de la viña, descrita por el Gran Médium de Dios Jesús-Cristo!
Cuando se intenta hacer que sobresalgan y prevalezcan las opiniones con intereses personales, ese o aquel grupo se encaminará poco a poco a la división.
Antes se vio que la unificación producía un determinado efecto; Kardec en el ítem 335 advierte: “Esa uniformidad de sentimientos (sentimientos nobles acerca de la fidelidad y la lealtad citados antes) es muy importante para obtener buenos resultados.”
De todos los médiums que han existido, siguen existiendo y existirán en el planeta Tierra, el más Grande, es nuestro Señor Jesús-Cristo.
El sabía muy bien que entre sus “trabajadores” del futuro se instalarían las mismas disputas, perturbaciones, discordias, dificultades de su época y de las venideras; por eso dejó hablada aquella frase bastante insólita que se recoge en el libro, El Evangelio según el Espiritismo, cap. XXIII, cuyo titulo es: Moral extraña
“No vine a traer la paz, sino la división”
Ya se ha dicho que Cristo es el mayor Médium de Dios.
Él sabía perfectamente que su Doctrina, que es el fundamento de la revelación espírita dada en el siglo XIX antes mencionado, de forma altruista por los Espíritus elevados caritativos, colaboradores en la obra de Dios, socavaría los cimientos de los abusos, de los intereses personales, tanto de aquellas gentes como las de ahora; (somos las mismas gentes, más o menos, repitiendo curso una y otra vez.)
El Nazareno sabía, que todas esas disputas se encontrarían en sus obreros a causa de los bajos sentimientos mencionados; bajas pasiones aún demasiado enraizadas en todos nosotros, por eso pudo decir aquellas palabras tan fuertes:
“No vine a traer paz, sino división”
Pero.. ¿Quería el Maestro Galileo que fuese así?
¡Para nada! Fue una frase de advertencia para que las generaciones futuras la comprendieran mejor que aquellos del primer siglo, y así pudiesen estar más prevenidas.
El espiritismo kardeciano viene a realizar en el tiempo predicho las promesas de Cristo; sin embargo, será necesario destruir los abusos y ser fieles a la Revelación que los Espíritus de lo Alto impartieron en el siglo XIX antes citado; será necesario dejar que la Luz Divina fluya a través de los siglos, para que se restablezcan todas las cosas anunciadas por el Mesías.
Pues la Luz de la revelación espírita, en lugar de salir de un sólo foco, sale de todos los puntos del globo y cada día abrirá más y más los ojos de la ignorancia.
Aunque asesinaron al hombre Jesús no pudieron asesinar la Idea Genuina, pues esta sobrevivió porque era y es verdadera y sigue estando en los designios divinos.
Entonces:
¿Unificar o ser Fieles a la Revelación de los Espíritus?
La respuesta, por supuesto, ha de ser de cada cual, personal e íntima, individualizada, eso sí, asumiendo la responsabilidad adquirida en ese compromiso que todos traemos en cada renacimiento; responsabilidad para con la revelación espírita; responsabilidad para con el Maestro Jesús y responsabilidad para con Dios, ya que al fin y al cabo, son Sus designios para esta “viña espiritual” en la que ahora mismo estamos trabajando.
Teresa Fondevila Borrell
Bibliografia:
Kardec, A., El Evangelio según el Espiritismo
Kardec, A., El Libro de los Médiums
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