Educación infanto-juvenil
¿Cuál es la razón por la cual las sociedades de mundo manifiestan un comportamiento con falta de valores?
Las patologías sociales tienen una razón de fondo, la raíz de todos los problemas es común, independientemente de la procedencia sociocultural la mayoría de los núcleos familiares poseen un miembro o más que demuestra algún nivel de desarmonía, desinterés, depresión, desvalorización, agresividad entre otros innumerables trastornos emocionales.
Cuando buscamos la razón del porque sucede esto, encontramos un nexo de unión en la respuesta.
Instintos, factores sociales y culturales, desigualdades, estratificación social, condiciones socioeconómicas, desórdenes psicológicos, frustración, estrés, presión de grupos, conflictos interpersonales, además de la ausencia de tiempo para conocerse, de dedicación en la educación, la falta de valores nobles de base, que procede muy frecuentemente de la desestructuración familiar.
El comportamiento egoístico en las sociedades humanas es un fenómeno complejo y multifacético que puede tener múltiples causas y factores interrelacionados.
La solución de un problema comienza en corregir la causa que lo genera.
Para iniciar un cambio social se debe educar a los jóvenes en las Leyes Universales, de respeto, de fraternidad y de paz. Evidentemente se debe objetivar el desarrollo de procesos educativos sostenidos totalmente en principios de amor.
Sembrar la semilla del amor enseñada por Jesús desde la tierna infancia, es la forma para contrarrestar la desarmonía social y consecuentemente los desvíos derivados del egoísmo y del orgullo.
Para ejercer una buena influencia en los niños y niñas en las emociones elevadas.se debe desarrollar procesos educativos sostenidos por el amor como principal hilo conductor entre padres e hijos.
Desde el hogar, con tranquilidad y constancia los padres deben ejercer los fundamentos del Evangelio que irán penetrar en los espíritus de los niños y niñas, de tal forma que estructurarán en todos una personalidad amorosa, respetuosa y fraterna. La infancia es el primer contacto de a persona con el mundo y por ello es en esta etapa que se cimientan las cualidades elevadas del alma.
Pero para empezar la correcta educación desde pequeño con el fin de alcanzar una sociedad con valores y conductas acorde a las enseñanzas de Jesús, es necesario que los padres estén también preparados y en armonía con estos fundamentos.
Padres en desajuste dejan una gran huella en los hijos. Si una persona no recibe el amor necesario durante su infancia, es probable que acabe teniendo problemas o trastornos emocionales que le causen impedimentos en el futuro como el egoísmo, del cual deriban todos los demás.
Es necesario pues que los padres también aprendan las normas universales y entiendan lo que hacen en la Tierra, cuál es el objetivo de la vida y a donde irán después de la muerte. Para bien educar con un enfoque globalizador los progenitores deben también conocer las enseñanzas espíritas.
La familia
El núcleo de mayor interés y relevancia para solucionar este problema es la familia.
La familia cumple un rol muy importante y la doctrina espírita es un agente auxiliador de los padres que encuentran en sus magnánimas lecciones el soporte educacional a sus hijos, porque genera una seguridad afectiva.
En esta etapa educativa los aprendices se encuentra en pleno desarrollo de su autoestima y afectividad por lo que será imprenscindible dotarle de un clima de bajo riesgo afectivo y con un alto grado de confianza y seguridad para así, ayudarle en su desarrollo.
El espiritismo magno proyecto de los Espíritus Superiores, trae las leyes divinas que se deben conocer para que se desarrollen las características elevadas en el crecimiento del niño o niña, porque favorece la transformación de las conductas. Las enseñanzas cálidas y afectuosas brindan un ambiente de felicidad.
Por esto crear un ambiente adecuado que facilitará y proporcionará los elementos necesarios para el óptimo desarrollo de sus miembros familiares, padres e hijos.
Los niños y niñas son como lienzos en blanco, listos para ser pintados con conocimiento, absorben todo lo que pasa a su alrededor.
Educar es enseñar a otro ayudándolo a evolucionar, se puede educar con valores positivos o negativos.
El ejemplo de actitud en determinada circunstancia será un buen ejemplo o un mal ejemplo.
Evangelizar es educar sin error según la pedagogía del Maestro de la Galilea.
Los desajustes sociales tienen múltiples factores que pueden interactuar y contribuir a su expresión. La comprensión de estos factores puede ser útil para abordar y prevenir el egoísmo y el orgullo promoviendo sociedades más pacíficas y armoniosas.
Educar a los niños y niñas es ayudarles en la formación de su carácter, asegurándoles un desarrollo autónomo, equilibrado y maduro, apoyando a que sean hombres y mujeres de bien con valores éticos-morales.
Constituyendo el más complejo código moral de la humanidad, el Evangelio de Jesús es, bálsamo soberano de la virtud por excelencia, del amor y de la caridad, indudablemente, un especial granero de bendiciones iluminativas y liberadoras.
Indudablemente, es una gran satisfación personal ver a los hijos que ya han crecido, que cogen las riendas de sus vidas siendo personas de bien.
Es además una gran alegría para un padre y una madre observar que lo que has trasmitido de la doctrina espírita apuntaló un correcto comportamento emocional permitiendo que las lecciones aprendidas desde la infancia sean aplicadas con disernimiento y concordancia con las leyes morales en la sociedad.
Vídeo realizado con IA de autoría de Joaquín Huete
Cláudia Bernardes de Carvalho
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