Enfermedad degenerativa en la visión espírita
En la locura ¿cuál es la situación del Espíritu?
En estado de libertad, el Espíritu recibe directamente sus impresiones y ejerce asimismo de manera directa su acción sobre la materia.
Pero, si se encuentra encarnado, se halla en condiciones del todo diferentes y en la necesidad de hacerlo sólo con ayuda de órganos especiales.
Si una parte o el conjunto de tales órganos se ha alterado, su acción o sus impresiones, en lo que a dichos órganos concierne, se ven interrumpidas.
Si pierde los ojos se vuelve ciego. Si se trata del oído, se torna sordo, etcétera.
Ahora, figúrate que el órgano que preside los efectos de la inteligencia y de la voluntad sea parcial o enteramente afectado o modificado, y te será fácil comprender que, no teniendo ya el Espíritu a su servicio sino órganos incompletos o desnaturalizados, de ello debe resultar una perturbación de la que el Espíritu –para consigo mismo y en su fuero interno- tiene perfecta conciencia, pero cuyo curso no es dueño de detener.
Entonces ¿es siempre el cuerpo y no el Espíritu el que está desorganizado?
En efecto, pero no hay que perder de vista que, así como el Espíritu obra sobre la materia, ésta reacciona sobre él en cierta medida, y el Espíritu puede encontrarse momentáneamente impresionado por la alteración de los órganos por los cuales manifiesta y recibe sus impresiones.
Puede acontecer que a la larga, cuando la locura haya durado mucho tiempo, la repetición de los mismos actos termine por ejercer sobre el Espíritu una influencia de la que no es liberado sino después de haberse separado por completo de toda impresión material.
¿A qué se debe que la demencia arrastre a veces al suicidio?
El Espíritu sufre por el constreñimiento que experimenta y la impotencia en que está de manifestarse libremente, de ahí que busque en la muerte un medio de romper sus ataduras.
El Espíritu del alienado ¿se resiente, después de la muerte, del desarreglo de sus facultades?
Puede resentirse de ello por algún tiempo después de la muerte, hasta que esté completamente desprendido de la materia, como el hombre que despierta experimenta por un rato la perturbación en que el sueño lo ha sumergido.
¿Cómo puede la alteración del cerebro reaccionar sobre el Espíritu después de la muerte?
Es un recuerdo. Un peso oprime al Espíritu, y como no ha tenido conocimiento de cuanto ha ocurrido durante su demencia, siempre necesita cierto tiempo para volver a ponerse al corriente de la situación. De ahí que, cuanto más haya durado su locura en vida, más durará su molestia, el constreñimiento después de la muerte.
El Espíritu desprendido del cuerpo sigue sintiendo durante algún tiempo la impresión de sus ligaduras.
Kardec,A. El Libro de los Espíritus- Libro Segundo – Capítulo VII.
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