Espiritismo y Ecología
El Espiritismo y la Ecología son ciencias sistémicas que defienden una nueva deontología. Ambas están involucradas en una misma meta: el progreso del ser humano para una correcta evolución con un beneficio respetuoso común.
Espíritas y ecologistas cada cual por sus medios de investigación buscan las relaciones que sustentan y dan sentido a la vida en nuestro planeta, se expresan comprometidos con los intereses colectivos, respetando al planeta que nos acoge y que nos ofrece las condiciones necesarias para la supervivencia.
El Espiritismo es una ciencia de observación, una doctrina filosófica y moral. Como ciencia práctica, se ocupa de las relaciones que el hombre puede establecer con los espíritus. Como filosofía explica de forma racional innumerables cuestiones que engloban todas las consecuencias morales que derivan de esas relaciones, encamina hacia el comportamiento idóneo que debe realizar el ser humano para evolucionar, respetando todo y todos.
Ecología:
La Ecología es la especialidad científica que se centra en el estudio y análisis del vínculo que surge entre los seres vivos y el entorno que les rodea, analizando la distribución y la cantidad de organismos vivos como resultado de la citada relación. Combina los factores abióticos (entre los cuales se puede mencionar al clima y a la geología), los factores bióticos (organismos que comparten el hábitat, entre ellos las bacterias, las plantas, los animales y las personas) y aspectos físicos ambientales (como el agua, el calor, la luz y el aire).
El hombre siempre buscó comprender la Naturaleza, sus fuerzas y sus misterios. Muchas de las cuestiones que abarca su estudio ya tienen contestación por medio de las investigaciones científicas, sin embargo otras innúmeras todavía no alcanzaron respuestas. Los científicos en muchos casos pueden predecir los efectos de las leyes que produce la Naturaleza, así como los hombres comunes que observan, pero no controlarlas o dominarlas.
Los ecologistas procuran preservar el medio ambiente, buscando las formas para mantener su sostenibilidad. Sin embargo, aún hoy la sociedad se manifiesta a este respecto de diferentes maneras, están aquellos cuyas acciones son ecológicas en todos los sentidos, los que adoptan conductas respetuosas con el medio ambiente en algunos aspectos de su vida y los que no prestan atención a ello no importando si el crecimiento, progreso o benefício acarrea una explotación ilimitada de los recursos naturales de la biodiversidad.
Es necesaria una mayor concienciación de la sociedad en este aspecto pues no es suficiente que algunas mentes reivindiquen una responsabilidad ecológica ambientalista mientras otras no cumplen con su cometido. La conservación medio ambiental nos incumbe a todos. La ecología integral es una actitud ecológica que estudia un cambio profundo de las ideas que mantienen la sociedad actual y cuestiona toda una serie de aspectos.
El ser humano al atravesar la frontera del consumo necesario señala el comienzo del abuso, y si algo es abusivo también es injusto. La extralimitación en la utilización de todos los recursos se mueve en la dirección de un riesgo real de colapso, para evitarlo es imperioso el cambio de rumbo de la Humanidad encaminado a una reconversión radical global.
Observamos que una parcela del planeta utiliza más los recursos que otra y esa acción genera un desequilibrio en la igualdad, lo que acarrea una situación de conflicto potencial.
Los apresuramientos indebidos que causan un crecimiento caótico y descontrolado de los núcleos de población, las centrales nucleares, las extracciones de gas y petróleo, la sobreexplotación agraria y minera, el aumento de la producción de residuos que provoca contaminación hídrica, atmosférica, edáfica, son factores que favorecen al cambio climático que causan daños irreparables en la biosfera en un reflejo del comportamiento irresponsable y autodestructivo del hombre.
Este desequilibrio muestra al fin y al cabo el egoísmo de los hombres, que no siempre hacen lo que deben. La falta de empatía de los hombres con el medio biofísico crea una deuda moral que tarde o temprano tendrá que saldarse, además esta acción genera una “crisis ecológica”.
El planeta Tierra puede producir lo necesario para todos sus habitantes, lo que proporcionaría una perfecta convivencia entre los grupos sociales existentes. La producción y manutención de todos estaría garantizada si no fuese explotada por una minoría que agota los recursos.
Para revertir este resultado es necesario un cambio en los actuales paradigmas del desarrollo moral. Se requiere una conducta humana más racional hacia el consumo consciente, que tome en cuenta los límites, distribuyendo de una manera más justa los recursos naturales entre todos los miembros de la sociedad.
La ecología ofrece herramientas para la comprensión de la realidad material en que vivimos, sin embargo esta ciencia no es suficiente para aclarar la complejidad del espíritu. El respeto a las diferentes manifestaciones de la vida exige de todos los hombres una conducta más evolucionada sobre todo cuando ya son conscientes de su realidad espiritual.
Ser inmortal:
El espiritismo abre la horquilla temporal en la dirección del mundo invisible, extendiendo el campo de investigación hacia la comprensión de la realidad del ser inmortal. Facilita que el hombre comprenda su función en la Tierra y se comprometa con su propio cambio ético-moral.
La Tierra siempre ha pasado por períodos de turbulencia, de cambios físicos que la llevaron a determinadas transformaciones en su relieve, en la geografía de sus planicies, montañas, mares e incluso ciudades.
En nuestros tiempos además de física la transformación es moral. Nuestro planeta azul necesita avanzar como morada de espíritus más elevados que se encuentren dentro de los parámetros de moralidad y ética.
Valores:
Estamos inmersos en una “crisis evolutiva” de valores, que llama la atención del ser humano para la necesidad de cuidar nuestra relación con el planeta.
En La Génesis, los milagros y las predicciones según el Espiritismo, uno de los cinco libros que pertenece a la codificación espírita, en el ítem 30 del capítulo I, Allan Kardec explica que toda creación es el resultado de la gran Ley de unidad que rige el Universo, que todos los seres gravitan hacia un fin común, que es la perfección, sin que unos sean favorecidos a expensas de otros.
En ese mismo libro podemos encontrar en el capítulo III, ítem 20 dentro del título Destrucción mutua de los seres vivos, la aclaración sobre este tema, cuando explica por qué Dios creó para el hombre la necesidad de destruirse mutuamente, para alimentarse los unos a costa de los otros.
Para aquel que solamente cree en la vida material, restringiendo su visión apenas a la vida actual, el hecho de que exista esta destrucción revela una imperfección en la obra divina, porque estos hombres juzgan desde el punto de vista humano, aún tienen la tendencia de crear un Dios a su propia imagen, basados en su juicio deficiente.
Ley de unidad:
Como su limitada visión oscurece la realidad y no le permite apreciar el conjunto de la Creación, no comprenden que un bien real pueda venir de un mal aparente. Con el conocimiento de la verdad, con el entendimiento del principio espiritual y de la gran Ley de unidad, es como el hombre comprende la armonía de la Creación. El conocimiento de la vida eterna le produce nuevas claridades que le muestra la sensatez de la Sabiduría. Percibe que no hay anomalía o contradicción, sino ignorancia de las Leyes Divinas.
Encontramos en el capítulo titulado Génesis orgánica dentro del mismo libro, un apartado que explica la formación inicial de los seres vivos. En él se relata que…“los animales han tenido un inicio, que cada especie apareció cuando las necesarias condiciones ambientales para su existencia estaban establecidas en el planeta. Según la observación de la Naturaleza, todo lleva a concluir que las primeras parejas de especie animal y vegetal surgieron simultáneamente en varios sitios y en variable cantidad. Se puede deducir por analogía que la formación de los primeros seres vivos responde a la gran Ley de unidad que en nuestros días sigue formando nuevos cuerpos inorgánicos. A medida que el hombre entiende las leyes de la Naturaleza este entendimiento se simplifica y comprende la obra de la Creación.” Sugerimos la lectura del capítulo X.
Más adelante podemos enfrentarnos a la verdad en el capítulo XI en el ítem 23 donde se expone que el principio inteligente, en contraposición al principio material, se individualiza y se elabora cuando pasa por los diferentes grados de animalidad. En la etapa de seres inferiores Dios proporciona al alma un período de ensayo donde experimenta las primeras facultades que le son atribuidas para la vida humana. “Es preciso convenir que este sistema, basado en la gran Ley de unidad que rige la Creación está en correspondencia con la justicia y la bondad de la Creación, otorga un destino a los animales, que ya no son seres desheredados, sino que en el porvenir que les está reservado encuentran una compensación para sus padecimientos.”
En otro capítulo “Encarnación de los espíritus”, Allan Kardec analiza el sistema en que los hombres son diferentes de los animales porque recibieron los atributos especiales para que entre en la humanidad, después de años de evolución experimentando su esencia en el mineral, vegetal y animal. Estos atributos lo transforman y hacen del hombre un ser distinto, con libre albedrío y sentido moral.
Por lo tanto, podemos concluir que existe una filiación espiritual entre los animales y el hombre, de la misma manera que existe una filiación corporal.
«La unidad en la variedad es una ley general que preside la creación ; pero la unidad es en este caso legítima y necesaria no como fin, sino como medio. La familia, la ciudad, la nación y la Humanidad, deben organizarse de tal manera que favorezcan el desarrollo del individuo ; en este sentido decimos nosotros que la unidad es necesaria como medio.» G.B. ( Revista Espírita de 1885)
León Denis en el Libro «El problema del Ser, del destino y del dolor», con maestreía explica:
“La Ley del progreso no se aplica solamente al hombre; es universal. Hay en todos los reinos de la Naturaleza, una evolución que fue reconocida por los pensadores de todos los tiempos. Desde la célula verde, desde el embrión errante, boyando a flor de las aguas, la cadena de las especies se ha desarrollado a través de series variadas, hasta nosotros.
Cada eslabón de esa cadena representa una forma de la existencia que conduce a una forma superior, a un organismo más rico, más bien adaptado a las necesidades, a las manifestaciones crecientes de la vida; y en la escala de la evolución, el pensamiento, la conciencia y la libertad sólo aparecen pasados muchos grados. En la planta, la inteligencia dormita; en el animal, sueña; sólo en el hombre despierta, se conoce, se posee y se vuelve consciente; a partir de ahí, el progreso, de alguna suerte fatal en las formas inferiores de la Naturaleza, sólo se puede realizar por el acuerdo de la voluntad humana con las leyes Eternas.
Es por el acuerdo, por la unión de la razón humana con la razón divina que se edifican las obras preparatorias del reino de Dios, o sea, del reino de la Sabiduría, de la Justicia, de la Bondad, de lo que todo ser racional y consciente tiene en sí la intuición. Así, el estudio de las leyes de la evolución, en vez de anular la espiritualidad del hombre, viene, al contrario, a darle una nueva sanción; nos enseña como el cuerpo del hombre puede derivar de una forma inferior por la selección natural, y nos muestra también que poseemos facultades intelectuales y morales de origen diferente y este origen lo encontramos en el Universo invisible, en el mundo sublime del Espíritu.”
Libre albedrío:
El libre albedrío, tema muy hablado dentro del espiritismo es la facultad, la libertad que todos tenemos para elegir cómo pensar y actuar, esta licencia para elegir es soberana en cualquier situación, sin embargo acarrea responsabilidad.
Siguiendo en el capítulo XIV ítem 12 este maravilloso libro nos relata por medio de las psicografías realizadas por los buenos espíritus a médiums fehacientes, como Allan Kardec confirma una vez más que en el Universo todo se concatena y está vinculado, todo se encuentra sometido a la magna y armoniosa Ley de unidad, desde la más compacta materialidad hasta la más pura espiritualidad. “La Tierra es como un recipiente del cual emana una densa humareda que se va disipando a medida que se eleva, y cuyas partículas rarificadas se pierden en el espacio infinito.
El poder divino se pone de manifiesto en cada una de las partes de ese grandioso conjunto y, pese a todo, para comprobar mejor el poder de Dios, ¡algunos pretenden que Él, no satisfecho con lo que ha realizado, venga a perturbar la armonía y se rebaje al rol de mago, produciendo efectos pueriles dignos de un prestidigitador!”
De este entendimiento debe surgir el respeto al animal, a su hábitat pues cada uno de ellos de forma individual o colectiva está avanzando en su desarrollo.
Ciencia y Tecnología:
Desde hace 150 años las sociedades han experimentado un crecimiento de la población como consecuencia del progreso científico y tecnológico que produce un aumento creciente del consumo de energía. En un principio la cantidad de energía que necesitaba un ser humano para realizar sus funciones vitales era poca, su impacto sobre el ecosistema era semejante a cualquier otro ser vivo. Pero en nuestro tiempo el tecnicismo consume muchas más cantidades de energía externa para realizar las actividades del mundo moderno.
En la sociedad actual donde el consumismo toma cada día más protagonismo, el hombre que alcanzó la cumbre es el que más cosas posee, ha normalizado los excesos y lo superfluo. Este dispendio necesita energía externa sacada del planeta.
La ecología contando sólo con las leyes que rigen a la materia sin el apoyo del espiritismo es impotente para explicar ciertos fenómenos.
Ernst Heinrich Philipp August Haeckel, considerado el padre de la Ecología, argumentó que las etapas embrionarias en un animal recapitulan la historia de su evolución. Los animales presentan un estado embrionario común y evolucionan cuando aparecen nuevos estados de desarrollo. En su obra El origen de la vida publicada en 1874 utilizó varios dibujos de embriones para reforzar su teoría.
Ernest Haeckel propugnaba también que las razas primitivas en su infancia necesitaban de la supervisión y protección de sociedades más maduras.
Defendió que la evolución estaba dirigida hacia una complejidad progresiva desde un punto de vista interdisciplinario que tendría al hombre como meta última. Afirmó la existencia de una relación de interdependencia entre los seres, donde sus componentes, aunque perduren en cantidad y calidad, están en continuo movimiento.
El espiritismo, explica que entre el reino vegetal y el reino animal, ninguna delimitación hay nítidamente marcada. En los confines de los dos reinos están los zoófitos o animales-plantas, cuyo nombre indica que ellos participan de uno y otro: les sirve de lazo de unión.
Al estudiar la cuestión 540 de El Libro de los Espíritus, encontramos que todo se eslabona en la Naturaleza, desde el átomo primitivo hasta el arcángel, pues él mismo comenzó en un átomo. Todos estamos interrelacionados y vinculados, en una gran Ley de unidad. Se aclara que todos los seres tienen un ser guía, todos estamos amparados un ser espiritual superior que cuida el inferior.
Siempre existe la vida, la transformación es un proceso natural para evolucionar, los seres humanos pasaron por todos los niveles de evolución anterior, hasta alcanzar la adquisición del libre albedrío y la conciencia de sí mismos.
Estando el hombre en lo más alto de la cadena evolutiva, es la especie más avanzada en la Tierra, pues ha pasado anteriormente por los cuatro reinos: el mineral, el vegetal, el animal y ahora se encuentra en el hominal. Bajo una progresión continuada a niveles más angelicales, se vale de las vidas menores que le prestan su servicio, para afirmarse y recoger una preciosa cooperación para crecer. Es responsable pues de sus inferiores, por lo tanto, debe determinar una nueva postura, una nueva ética de respeto con relación a todas las criaturas existentes.
Ley de Evolución:
En la Ley de Evolución encontramos que en general, los organismos integrantes de las comunidades se adaptan continuamente a un ambiente físico que tampoco permanece inalterable. Se percibe un elemento común, una realidad sistémica en toda la obra divina.
Ese triple aspecto que posee el espiritismo engloba todas las facetas del progreso del espíritu. Trata de un orden de fenómenos diferente de aquellos tratados por la ciencia materialista, pero vemos una interconexión entre lo que dice el mundo espiritual, con lo que el hombre estudia con su visión terrenal.
Es parte de nuestro aprendizaje saber relacionarnos de manera saludable e inteligente con la materia y nuestros hermanos menores para no vivir en la inopia.
El comer carne, es visto dentro del espiritismo como un estadio dentro de la evolución, llegará el día en que el hombre no tendrá la necesidad de alimentarse de sus hermanos menores pertenecientes al reino animal.
Mientras sea visto por el hombre como necesidad, debe considerarse la forma más ética de realizar este procedimiento – sin crueldad, eliminando al máximo el dolor y el sufrimiento.
Ley de Destrucción:
Nos explican los espíritus en la cuestión 734 de El Libro de los Espíritus, dentro de la Ley de Destrucción el siguiente asunto: en su estado actual ¿puede el hombre ejercer de modo ilimitado su derecho a destruir a los animales? Este derecho está regulado por la necesidad de ocuparse de su alimentación y de su seguridad. El abuso nunca fue un derecho. Toda destrucción que rebase los límites de la necesidad es una violación de la ley de Dios.
Los animales sólo destruyen para proveer a sus necesidades. El hombre, en cambio, que posee libre albedrío, lo hace sin necesidad. Tendrá que dar cuenta del abuso de la libertad que se le ha concedido, porque en esos casos cede a los malos instintos, cuestión 735 de El Libro de los Espíritus. Esta Ley que nos dice que la destrucción es necesaria cuando se destruye para renacer y regenerar.
La Naturaleza para mantener el equilibrio ha puesto los medios de conservación y destrucción juntos. Además nos enseña que la necesidad de destrucción es proporcional al estado más o menos material de cada mundo. Y esa necesidad de destrucción disminuye en el hombre a medida que el espíritu predomina sobre la materia.
Recordad la cuestión 208 del mismo libro que nos dice:
“Los padres tienen la misión de desarrollar el progreso de sus hijos por medio de la educación. (Si fallan, serán culpables).”
Por lo tanto somos todos responsables en educar a nuestros hijos, para que sean hombres y mujeres de bien, tolerantes, respetuosos, fraternos, caritativos. La educación puede parecer una misión menor, sin embargo es la más importante, al educar un hombre educas a la sociedad.
Ley de Conservación:
Del mismo modo en la cuestión 712 dentro de la Ley de Conservación: ¿Con qué objetivo ha dado Dios un atractivo a los goces de los bienes materiales?, nos aclaran los espíritus: “Para iniciar al hombre al cumplimiento de su misión y también para probarlo mediante la tentación.”
¿Cuál es el objetivo de la tentación?
“Desarrollar su razón, que debe preservarlo de los excesos. Además: la Naturaleza ha trazado límites a los goces, para indicaros el término de lo necesario, sin embargo con vuestros excesos llegáis hasta la saciedad y os castigáis a vosotros mismos. Los que acumulan bienes ignoran la Ley de Dios y habrán de responder por las privaciones que hayan hecho sufrir a otros.”
Debemos educarnos al consumo de lo necesario y al control de los deseos.
Todas las religiones condenan el auto-exterminio, la sociedad lo condena y es visto como un error grave en el mundo espiritual.
En la Doctrina Espírita el suicidio generará una experiencia pedagógica altamente dolorosa con la función de aprendizaje del infractor, con el retorno a la materia para su expiación.
Si el hombre tiene la capacidad de decidir individualmente, colectivamente el libre albedrío también es soberano.
Las elecciones individuales y colectivas de los habitantes de la Tierra generan una reacción del planeta, independientemente del lugar donde se produzcan nos afectan directa o indirectamente, ya que lo compartimos. Actualmente estamos encaminándolo a la saturación, agotando los recursos no renovables, lo que se denomina en ecología ecocidio.
Innúmeras personas llaman la atención sobre este tema, además no podemos alegar ignorancia, ya que muchas son las voces que alertan de los problemas que se están generando en la Tierra.
En un mundo tallado a la medida de pocos donde el capital está polarizado y las necesidades se satisfacen a través del intercambio mercantil, es lógico que prevalezca un carácter marcadamente antropocéntrico, depredador y egoísta con respecto a la Naturaleza, así como con otras especies, e incluso entre los propios hombres.
¿Cómo podría el espiritismo enfrentar este asunto tan importante y urgente con la debida claridad y objetividad en una sociedad materialista enfocada hacia un capitalismo destructor de los recursos naturales?
Resaltamos que, en esencia, toda materia es energía manifestándose visible, y que toda energía, originariamente, es fuerza divina de la que nos apropiamos para anteponer nuestros propósitos a los propósitos de la Creación.
Ley de causa y efecto:
Recordemos que nada nos pertenece, debemos respetar la Tierra como herencia para otros espíritus y para nosotros mismos, es una cuestión de responsabilidad. La Ley de causa y efecto repercute en uno mismo.
Si vamos a volver, por la reencarnación, si estarán aquí nuestros nietos y bisnietos, que son espíritus en evolución encarnados temporalmente ¿no es de cajón cuidar y preocuparse con la huella que dejaremos?
La Conferencia de Estocolmo de 1972 estaba centrada en los aspectos técnicos de la contaminación provocada por la industrialización y el crecimiento poblacional.
Con el tiempo, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el medio ambiente y Desarrollo (UNCED) celebrada en Rio de Janeiro en 1992, organizado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) bajo el lema “Solidaridad para salvar el planeta” impulsó el término sostenibilidad, describiendo con detalle sus objetivos.
Resultando acciones significativas como la Declaración de Rio de Janeiro sobre el medio ambiente y desarrollo donde se definieron los derechos y responsabilidades de las naciones en búsqueda del progreso y bienestar de la Humanidad. Sus conclusiones tienden al logro de un desarrollo desde el punto de vista social, económico y ecológico.
Se percibe una nueva perspectiva en esta cumbre que significó el reconocimiento de un cese de un estilo de vida que se manifestaba “ecológicamente depredador, socialmente perverso y políticamente injusto.”, refiriéndose al exterminio de las condiciones ambientales.
Estos países intentan cambiar las directrices de desprecio por lo común firmando protocolos como el de Kioto, de Montreal o de París.
Han diseñado normas y planes para reducir las emisiones de los gases de efecto invernadero a través de la adaptación, y resiliencia de los ecosistemas a los efectos del calentamiento global. Ya poseemos cierta madurez para percibir la conexión con el Cosmos, pues la conciencia ecológica es espiritual en su esencia.
No existe la fatalidad, la mala suerte o un castigo de Dios. Son nuestras propias elecciones, negligencia, imprudencia e impericia la causa de nuestros sufrimientos. Si somos analfabetos ambientales causaremos estragos, lo que no es sostenible corre riesgo de desaparecer, por lo tanto, hay que informarse para respetar.
Si somos la causa de la destrucción del medio ambiente debemos buscar la solución. Nuestra morada, el planeta Tierra, podría considerarse una universidad sublime con diversos cursos y disciplinas en la que nos encontramos matriculados temporalmente.
San Agustín:
En El Evangelio según el Espiritismo, capítulo III, en el titulo Hay muchas moradas en la casa de mi padre, San Agustín habló de los diferentes niveles entre los mundos. Cada torbellino planetario, al desplazarse en el espacio alrededor de un centro común, lleva consigo sus mundos primitivos, de destierro, de prueba, de regeneración y de felicidad.
De la enseñanza impartida por los espíritus resulta que, en cuanto al grado de adelanto o de inferioridad moral e intelectual de sus habitantes, los diversos mundos se encuentran en condiciones muy diferentes unos de otros.
En los mundos inferiores la existencia es enteramente material, las pasiones reinan en ellos con soberanía y la vida moral es casi nula. A medida que esta se desarrolla, la influencia de la materia disminuye, a punto tal que en los mundos más adelantados la vida es, por decirlo así, absolutamente espiritual.
La Tierra es actualmente un mundo de pruebas y expiaciones, pues la superioridad de la inteligencia y las cualidades innatas presente en un gran número de sus habitantes indica que ya han vivido anteriormente y de que han realizado un cierto progreso.
No obstante, al mismo tiempo, los numerosos vicios a los que se inclinan son indicio de una considerable imperfección moral.
En esta psicografía de 1862, San Agustín habló del mundo de regeneración, que sirven de transición entre los mundos de expiación y los mundos felices.
El alma que se arrepiente encuentra en ellos la calma y el reposo, mientras concluye su purificación. No cabe duda de que en esos mundos el hombre aún se encuentra sujeto a las leyes que rigen la materia.
La Humanidad experimenta en dichos mundos sensaciones y deseos, pero está liberada de las pasiones desordenadas. En ella ya no existe el orgullo que hace callar al corazón, la envidia que lo tortura y el odio que lo ahoga. La palabra amor está escrita en todas las frentes.
La Tierra es un mundo de expiación y pruebas, los espíritus no anuncian una transición abrupta y catastrófica sino una transformación progresiva y discreta que ya está en plena realización. Se está transformando en mundo de regeneración. Los espíritus que van encarnando son de mayor moralidad, los que desencarnan sin haber alcanzado la moralidad necesaria no vuelven a encarnar en la Tierra, sino en otros planetas, permitiendo de esta forma el progreso.
La información que tenemos es que el mundo de regeneración será mejor que el de pruebas y expiaciones desde el punto de vista ético-moral, lo que engloba por parte de sus habitantes una conciencia ecológica.
Sin embargo, no encontramos información acerca de la calidad biofísica del planeta.
Un punto cardinal que no puede ser obviado es la necesidad de corregir el rumbo para la sustentabilidad ambiental, buscar nuevos conceptos de gestión para conservar el patrimonio común y la capacidad de sustento de los ecosistemas, lo que significa mantener la capacidad de los sistemas naturales para absorber y reponerse de las agresiones antrópicas.
En este nuevo período el hombre respetará la vida en todos los sentidos: sea en el mar, en el aire, en los bosques o en las relaciones interpersonales. Dirá no a la práctica del aborto, al suicidio, a cualquier tipo de corrupción, al abuso, a la degradación, a la injusticia, y sí al respeto a todos y todo.
Entonces los mundos regeneradores: donde las almas aún expían, pero adquieren fuerzas para continuar en la lucha el ambiente, el suelo, el clima, el agua serán definidos a partir de las decisiones que sus habitantes.
Por lo tanto, el mundo de regeneración podrá ser hostil en su materialidad, lo que demandará trabajo de sus futuros habitantes para corregir el error producido por nuestra irresponsabilidad. Debemos pensar como ciudadanos del Universo, sujetos a la reencarnación.
Otro paralelismo muy curioso que no debemos olvidar como punto de confluencia de ambos saberes científicos es la contaminación.
Si hablamos de polución en ecología, nos referimos a la contaminación del aire, del agua, del suelo que genera una situación contraria a la vida.
Psicosfera:
Si hablamos de polución espiritual en el espiritismo, nos referimos a la contaminación de la psicosfera, que es el campo resultante de emanación electromagnética generada por los pensamientos de todos los habitantes encarnados y desencarnados que estén vinculados a la Tierra.
Lo que pensamos, lo plasmamos en nuestra psicosfera individual tanto para el bien como para el mal. El pensamiento y el sentimiento de bajo tenor vibratorio generan constricción de las energías del organismo.
La suma de varios patrones vibratorios crea la psicosfera del planeta, entonces la psicoesfera del planeta Tierra dependerá si los pensamientos son de bajo o de alto tenor vibratorio.
La polución mental del hombre materialista emite vibraciones de odio, desamor, venganza, irritabilidad, impaciencia e innúmeras imperfecciones más que impregnan la psicoesfera de la Tierra y contribuyen para el objetivo de los crímenes hediondos que nos hacen sufrir. Recordar que el periespíritu – envoltura semimaterial del espíritu – es construido con los fluidos emanados de cada planeta. Por lo tanto, estamos constituidos por fluidos inferiores, siendo nuestros actos los que depurarán estos fluidos.
La Justicia divina refleja el principio de solidaridad y fraternidad universal, entre los diferentes mundos y sus humanidades, ya que, en muchas ocasiones, grupos de espíritus pueden migrar de un mundo a otro, con el objetivo de ayudar en su adelantamiento moral, científico, filosófico y espiritual.
¿No tenemos pues que estar a la altura de nuestra responsabilidad frente a la Ley de Dios?
“Para que los hombres sean fieles en la Tierra, es preciso que ella esté poblada por espíritus buenos, tanto encarnado como desencarnados que solo quieran el bien. Dado que esos tiempos han llegado, en la actualidad se lleva a cabo una gran emigración de sus habitantes. Quienes hacen el mal por el mal mismo, y que no han sido tocados por el sentimiento del bien, no son dignos de la Tierra trasformada, de modo que serán excluidos de ella, pues si así no fuese volverían a causar perturbación y desconcierto y constituirían un obstáculo para el progreso.”
La nueva generación, capítulo XVIII de La Génesis, los milagros y predicciones según el Espiritismo.
“No se trata pues de una nueva generación corporal, sino de una generación de espíritus. No cabe duda de que Jesús entendía las cosas en ese sentido cuando manifestaba: “En verdad os digo, que esta generación no pasará sin que estos hechos hayan ocurrido.” Por consiguiente, aquellos que esperan ver que la transformación se produzca a través de efectos sobrenaturales y maravillosos, quedarán decepcionados.”
¿Qué se nos recomendó como acción profiláctica para cuidar nuestra psicosfera? Orar y vigilar, que son actitudes que limpian, depuran y esterilizan el ambiente psíquico.
Orar y vigilar implica observar la calidad de la vibración, manteniéndola alta. El estudio y práctica del Evangelio es una medida profiláctica, ecológica e higiénica para sanar nuestra psicoesfera.
Espíritas y ecologistas tienen motivos para defender la misma causa – la conservación de los recursos naturales y la protección de la biodiversidad – ya que todos tenemos el derecho a existir en la Tierra y seguir adelante.
La Sociedad Española de Divulgadores Espíritas defiende que el estudio de la Doctrina Espírita promueve la concienciación de los deberes del hombre inmortal frente a su vida transitoria, permitiendo que comprenda que el medio ambiente empieza dentro de nosotros.
Trabajo sobre Espiritismo y Ecología del 28 de abril de 2016 de Cláudia Bernardes de Carvalho para ponencia en el Centro Espírita Amalia Domingo Soler.
Cláudia Bernardes de Carvalho
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Bibliografía:
Andrade, H.G. Muerte, renacimiento, evolución. Una biología trascendental. Caracas: Cima, 1995.
Delanne, G. La evolución anímica.
Denis, L. El problema del ser, del destino y del dolor
Trigueiro, A. Espiritismo y Ecología, 2ª ed. Rio de Janeiro: FEB, 2010.
Kardec, A. El Libro de los Espíritus
Kardec, A. La Génesis, los milagros y las predicciones según el Espiritismo.
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