Fragmento de una sonata dictado por el Espíritu Mozart
Tal como recoge la Revue Spirite de 1859 en su número de mayo, el Espíritu Mozart dictó el fragmento de una sonata al médium de la Sociedad de Estudios Espíritas de París, Brion d’Orgeval. Como medio de control, este último lo hizo escuchar a varios artistas sin informarles de la fuente. Les preguntaba sencillamente qué opinión les merecía el fragmento. Y, sin dudar, los encuestados respondían que reconocían el estilo de Mozart.
Dicha partitura musical fue interpretada en la sesión de la Sociedad Parisina de Estudios Espíritas el 8 de abril de dicho año por la Srta. de Davans, alumna de Frédéric Chopin y notable pianista. Ella prestó su maestría interpretando en primer lugar una sonata compuesta por Wolfgang Amadeus Mozart cuando estaba encarnado y, a continuación, el fragmento recibido mediúmnicamente. Todos fueron unánimes en reconocer no sólo la perfecta identidad del género, sino especialmente la superioridad de la composición espírita.
Se conocen al menos dos ediciones de esta partitura mediúmnica, la primera realizada en París por la Librairie Ledoyen en 1859 y otra posterior en La Haya, aunque apenas se conservan ejemplares en instituciones públicas. De esta edición de La Haya se conserva el ejemplar de la British Library, divulgado por el Consejo Espírita Internacional a través de la traducción de la Revista Espírita, periódico de Estudios Psicológicos por Enrique Eliseo Baldovino.
La partitura en el auto de fe de Barcelona
Esta obra, Fragment de sonate dicté par l’Esprit de Mozart, fue pasto de las llamas en el auto de fe de Barcelona del 9 de octubre de 1861, uno de los postreros episodios de la Inquisición española en pleno siglo XIX, donde se quemaron más de 300 obras espiritistas llegadas de Francia. Junto a la partitura mozartiana, se encontraban las siguientes obras: La Revue Spirite, La Revue Spiritualiste, Le Livre des Esprits, Le Livre des Médiums, Qu’est-ce que le Spiritisme?, Lettre d’un catholique sur le Spiritisme, Jeanne d’Arc par elle-même à Mlle. Ermance Dufaux, La realité des Esprits démontrée par l’ècriture directe, par le barón de Guldenstubblé (Kardec, 1861)
El editor Maurice Lachâtre, perseguido por la justicia francesa, se había exiliado en Barcelona durante el periodo 1858 a 1864. Vivía en una población próxima a la frontera donde había una colonia francesa con numerosos espiritistas. Junto con José María Fernández Colavida y el capitán Lagier Pomares, había organizado la importación de obras espíritas para atender la creciente demanda. En 1861, al declarar a la aduana la llegada de unos 300 volúmenes, folletos y revistas importados de Francia, el arzobispo de Barcelona Antoni Palau i Termens los incautó para a continuación destruirlos en la Ciudadela. El relato recibido por Allan Kardec decía lo siguiente:
Este día, nueve de octubre de mil ochocientos sesenta y uno, a las diez horas y media de la mañana, sobre la explanada de la villa de Barcelona, donde son ejecutados los criminales condenados a su postrer suplicio, y por orden del arzobispo de dicha villa, han sido quemados trescientos volúmenes y folletos sobre espiritismo.
Se pretendía eliminar con el fuego las ideas, aunque en realidad se estaba prendiendo la mecha para la divulgación del espiritismo primero en España y desde aquí a Hispanoamérica.
Los efectos de la intolerancia
Allan Kardec, aparte de otras cuestiones, planteaba el grave atentado contra el derecho internacional. La persecución produjo el efecto contrario, de modo que las ideas ya estaban en el aire y se extendieron por todo el mundo. Entre las numerosas comunicaciones recibidas en la Sociedad de París se encontraba la siguiente:
El amor de la verdad debe siempre hacerse entender: atraviesa escueta y por todas partes resplandece al mismo tiempo. El espiritismo ha llegado para ser conocido por todos. Pronto será juzgado y puesto en práctica. Cuanto más sea perseguido, con mayor rapidez esta sublime doctrina llegará a su apogeo. Sus más crueles enemigos, los enemigos de Cristo y del progreso, se sorprenden de modo que nadie ignora que Dios permite a los que han abandonado esta tierra de exilio volver a estar con aquellos que han amado. Tranquilizaos. Las hogueras se apagarán a sí mismas y si los libros son echados al fuego, el pensamiento inmortal los sobrevive.
Para finalizar, compartimos la partitura recogida en la Kardecpedia y la interpretación del fragmento de la sonata mozartiana por Érico Bomfim, donde podemos apreciar la belleza de la música llegada del mundo espiritual para dar testimonio de su existencia.
Fuentes de información
Para saber más:
1859. Kardec, A. «Musique d’outre-tombe». En: Revue spirite. Journal d’Études Psychologiques. Paris (Mai)
1861. Kardec, A. «La queue du moyen âge. Autodafé des ouvrages spirites à Barcelone». En: Revue spirite. Journal d’Études Psychologiques, Paris (Nov.)
1980. Barrera, F. El auto de fe de Barcelona.
2009. Baldovino, E. «Fragmento de una sonata, dictado por el Espíritu Mozart» (partitura). En: Revista Espírita. Periódico de Estudios Psicológicos, 1859. Brasilia: Consejo Espírita Internacional.
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