La mediumnidad de Teresa de Jesús
Hace más de 500 años que llegó a esta tierra un espíritu iluminado: Teresa de Jesús. Su vida, sus escritos, sus acciones, su estela, siguen alumbrando conciencias. Teólogos, filólogos, estudiosos de la literatura, historiadores y gentes sencillas, a lo largo de cinco siglos, han leído, estudiado y vertido textos sobre la mística abulense. Sus escritos, pese a haber sido revisados por la Inquisición, nos revelan unas condiciones excepcionales como médium de efectos físicos e intelectuales. Por este motivo fue cuestionada y perseguida en su tiempo, por la incomprensión que lleva a los hombres a juzgar aquello que simplemente no conocen. Al espiritismo le cabe, pues, la tarea de elucidar con sencillez aquello que no fue comprendido.
El ser humano es un espíritu inmortal, constituido por tres partes esenciales: cuerpo material, espíritu y periespíritu. Estos tres elementos toman parte en el proceso de intercambio entre el plano físico y el plano espiritual, de modo que cuando se produce la muerte del cuerpo físico, los otros dos cuerpos -espíritu y periespíritu- siguen participando en la comunicación espiritual. Así pues, la mediumnidad es un don de Dios destinado al adelanto moral del espíritu en sus vidas sucesivas. La mediumnidad es una aptitud natural para servir de instrumento más o menos flexible a los espíritus en general y también tiene un componente biológico, relacionado con la glándula pineal.
Este intercambio mediúmnico ha acompañado al hombre desde la más remota Antigüedad. A lo largo de la historia, los relatos sobre Abraham, Jacob y José en el Génesis; Moisés en el Éxodo, los profetas del Antiguo Testamento, la figura excelsa de Jesús de Nazareth y el equipo espiritual que lo acompañaba, tal como se narra en los Evangelios y en los Hechos de los apóstoles; textos históricos sobre sacerdotes egipcios; sibilas griegas y romanas, chamanes, monjes de diversos cultos, monjas católicas… los identifican como médiums y ha llegado hasta nosotros la descripción de sus experiencias místicas y mediúmnicas.
El caso de Teresa de Jesús no es único, sino que se incardina en la larga serie de médiums que en el Occidente europeo de la Alta Edad Media e inicios de la Edad Moderna están comprometidas con la recuperación del espíritu del Cristianismo primitivo.
Datos biográficos de Teresa de Jesús
Teresa de Cepeda y Ahumada no era noble, sino nieta de un acomodado mercader judío. No fue a la universidad, pues en su tiempo estaba vetada a las mujeres.Y entendía mal el latín, pero fue siempre una gran lectora, porque sus padres le enseñaron a leer. Mística y escritora española, cuyos escritos son patrimonio cultural de la humanidad, fue religiosa de la Encarnación de Ávila de Nuestra Señora del Monte Carmelo, emprendió la Reforma y fundó la orden de las carmelitas descalzas para recuperar el espíritu de la Regla primitiva.
Para comprender a Teresa de Jesús tenemos que situarla en el contexto de su tiempo, el fin de la larga Edad Media (siglo V al XV) y el nacimiento de una nueva era: la Edad Moderna, con el humanismo y el Renacimiento, la España imperial de Felipe II y los extensos dominios de Ultramar. El pensamiento y el espíritu de Teresa de Jesús no se pueden desvincular del momento de agitación espiritual de la España de principios del siglo XVI, con iluminados, erasmistas, espirituales, la reforma de la orden franciscana y la fundación de la Compañía de Jesús, todos con una tendencia hacia la interiorización de la vida religiosa y a vivir auténticamente el Evangelio.
Teresa Sánchez de Cepeda Dávila y Ahumada nació en Ávila el 28 de marzo de 1515. En su vida se distinguen tres períodos de duración casi idéntica:
- 1515-1535: 20 años de juventud mundana.
- 1535-1562: 27 años de retiro espiritual en La Encarnación de Ávila.
- 1562-1582: 20 años consagrada a la Reforma del Carmelo
A los 13 años de edad perdió a su madre. Era muy aficionada a la lectura de libros de caballerías y de obras religiosas. Tras una grave enfermedad que la llevo a tener una experiencia cercana a la muerte (ECM), a los 19 años ingresó en el convento de las carmelitas de la Encarnación de Ávila, donde su salud empeoró, con desmayos, cardiopatía y otras dolencias. En 1537 en Ávila sufrió paroxismo y cuartanas dobles, quedando paralítica durante más de dos años. Diversos estudiosos se han ocupado de las enfermedades de la santa abulense, entre ellos, el Dr. García Albea opina que sufría epilepsia extática como Dostoievsky.
En la Encarnación de Ávila, cuya forma de vida religiosa estaba muy relajada como en otros conventos de la época, decidió emprender la reforma de las carmelitas para volver a la autenticidad de los monjes primitivos. En 1562 fundó el primer Carmelo reformado, San José de Ávila, y a continuación realizó las fundaciones de 16 nuevos conventos, a los que llama palomarcitos, en: Medina del Campo (1567), Malagón y Valladolid (1568), Toledo y Pastrana (1569), Salamanca (1570), Alba de Tormes (1571), Segovia (1574), Beas y Sevilla (1575), Caravaca (1576), Villanueva de la Jara y Palencia (1580), Soria (1581), Granada y Burgos (1582). Murió en Alba de Tormes el 4 de octubre de 1582.
La escritura
Teresa de Ávila fue una lectora apasionada en lengua romance, como sus padres, tal como ella misma narra: «aunque lo más gastaba en leer buenos libros, que era toda mi recreación». A la edad de 6 o 7 años leía biografías de santos y también era aficionada a los libros de caballerías. Algunas de las obras que ella misma cita como de gran importancia en su formación son: las Epístolas de San Jerónimo, el Alfabeto espiritual de Francisco de Osuna, Los morales de San Gregorio, de Alonso Álvarez de Toledo, las Confesiones de San Agustín, Flos Sanctorum e Imitación de Cristo.
De este autodidactismo e interés por los libros nacerá una vocación de escritora que se hará patente desde muy joven, de modo que a los 14 años ya escribió una novelita de caballerías para su corrillo de amigas y amigos. Sus obras principales son: Libro de la Vida, Camino de perfección, El Castillo interior o Las Moradas, Las fundaciones, Constituciones, Modo de visitar los conventos, Las Relaciones, Conceptos del amor de Dios, Exclamaciones del alma a Dios, Vejamen, Poesías y otros apuntes.
En el Libro de la Vida, Teresa de Jesús nos relata sus experiencias místicas y su conocimiento de la comunicabilidad de los espíritus, según su grado de perfección moral:
Yo querría declarar los engaños que puede haber aquí (aunque a quien tiene mucha experiencia paréceme será poco o ninguno, mas ha de ser mucha la experiencia) y la diferencia que hay cuando es espíritu bueno o cuando es malo, o cómo puede también ser aprensión del mismo entendimiento -que podría acaecer- o hablar el mismo espíritu a sí mismo (esto no sé yo si puede ser, mas aún hoy me ha parecido que sí). Cuando es de Dios, tengo muy probado en muchas cosas que se me decían dos y tres años antes, y todas se han cumplido, y hasta ahora ninguna ha salido mentira, y otras cosas adonde se ve claro ser espíritu de Dios, como después se dirá.
La monja abulense nos está hablando con claridad y sencillez de la escala espiritual, de espíritus inclinados al bien y otros al mal, así como que todos somos espíritus que pueden manifestarse, inclusive el de uno mismo (animismo). La obra escrita de Teresa de Ávila, más allá de sus indudables cualidades literarias, aúna la contemplación y la acción, la sensibilidad y la inteligencia, la humildad bien entendida y el valor de ser uno mismo. Sus obras iban dirigidas tanto a sus directores espirituales como a las religiosas de clausura, por lo que se esforzó por evitar los malentendidos.
Las mediumnidades de Teresa de Jesús
René Descartes (1596-1650), filósofo y físico francés, padre de la filosofía moderna, es el primer autor conocido en relacionar el alma con una parte del cuerpo, exactamente con la glándula pineal. La comunicabilidad de los espíritus ha existido siempre, aunque no será hasta la publicación de El Libro de los médiums, en 1861, el primer tratado específico sobre esta materia, que se conocerán de forma detallada la tipología y diversidad de este intercambio espiritual.
Así pues, la mediumnidad es inherente a una disposición orgánica relacionada con la glándula pineal, de la que cualquier ser humano puede estar dotado, como lo son las facultades de ver, de escuchar y de hablar. Se trata simplemente de una aptitud que sirve de instrumento más o menos dócil a los espíritus en general. Y los médiums son los órganos físicos por cuyo intermedio se expresan los espíritus a fin de mostrarse inteligibles a los encarnados. Su misión es santa, pues su objetivo es mostrar los horizontes de la vida eterna.
En el caso que nos ocupa, Teresa de Jesús, a través de sus numerosos escritos podemos entrever que tenía unas excepcionales cualidades como médium, que se manifestaba en múltiples vertientes: psicografía, videncia, levitación… Sus raptos, arrobamientos y éxtasis, cuando estaba recogida en oración, se identifican con estados alterados de conciencia o trance mediúmnico.
Mediumnidad de videncia
Los médiums videntes se hallan dotados de la facultad de ver a los Espíritus. Mientras unos pueden verlos cuando están completamente despiertos, y conservan un recuerdo exacto de lo que han visto, otros tan sólo cuando se hallan en estado sonambúlico. El médium vidente cree ver con los ojos, pero en realidad es su alma la que ve. De ahí, que puedan hacerlo tanto con los ojos cerrados como abiertos.
Son numerosísimos los casos de videncia que relata Teresa de Jesús en sus obras, en la Vida y especialmente en los textos sueltos recogidos bajo el nombre de Relaciones. Anotamos unos pocos como muestra. En uno de sus escritos afirma que se le apareció Jesús en el locutorio, reprendiéndole su trato familiar con seglares, en otro dice ver una entidad a manera de sapo grande, etc. Teresa tiene videncia. Ve espíritus elevados que por su formación religiosa identifica con Jesús, María, José, los santos y los ángeles y también ve espíritus inferiores con formas de animales y otros a los que denomina demonios. Veamos una muestra:
… quiso el Señor darme a entender que no me convenían aquellas amistades, y avisarme y darme luz en tan gran ceguedad: representóseme Cristo delante con mucho rigor, dándome a entender lo que de aquello le pesaba. Vile con los ojos del alma más claramente que le pudiera ver con los del cuerpo y quedóme tan imprimido que ha esto más de veinte y seis años y me parece lo tengo presente. Yo quedé muy espantada y turbada y no quería ver más a con quien estaba. (Vida, cap. 7)
Estando otra vez con la misma persona, vimos venir hacia nosotros -y otras personas que estaban allí también lo vieron-, una cosa a manera de sapo grande con mucha más ligereza que ellos suelen andar. (Vida, cap. 7)
Una vez estando en una necesidad que no sabía qué me hacer ni con qué pagar unos oficiales, me apareció San José, mi verdadero padre y señor, y me dio a entender que no me faltarían, que los concertase; y así lo hice sin ninguna blanca, y el Señor, por maneras que se espantaban los que lo oían, me proveyó» (Vida, 33)
Otra vez vi la misma paloma sobre la cabeza de un padre de la Orden de Santo Domingo, salvo que me pareció los rayos y resplandor de las mismas alas que se extendían mucho más; dióseme a entender había de traer almas a Dios (Vida, 38)
Llegando una vez a comulgar, vi dos demonios con los ojos del alma, más claro que con los del cuerpo, con muy abominable figura. (Vida, 38)
Mediumnidad auditiva
Los médiums auditivos escuchan la voz de los espíritus. Se trata unas veces de una voz interior que se percibe en el fuero interno, aunque en otras ocasiones es una voz externa, clara y distinta, como la de una persona viva. En los escritos de Teresa de Ávila también encontramos numerosas experiencias que nos hablan de este tipo de mediumnidad auditiva:
Díjome el Señor estas palabras: Deshácese toda, hija, para ponerse más en mí. Ya no es ella la que vive, sino yo. Como no puede comprender lo que entiende, es no entender entendiendo. (Vida, 18)
Cuando se quitaron muchos libros de romance, que no se leyesen, yo sentí mucho, porque algunos me daban recreación leerlos y yo no podía ya, por dejarlos en latín; me dijo el Señor: No tengas pena, que yo te daré libro vivo. (Vida, 26)
Mediumnidad de psicografía
La escritura manual o psicografía es el medio de comunicación espiritual más sencillo, cómodo y completo. Debido a la facilidad para la comunicación por este medio, los espíritus revelan sus pensamientos íntimos y nos ponen en condiciones de juzgarlos y apreciar su valor. Teresa de Ávila escribió su primera obra importante el Libro de la Vida, cuando cuenta ya 50 años, por mandato de sus confesores. Es una obra muy inspirada y desde ese momento no dejó de escribir hasta su muerte. En Teresa encontramos una intermediaria que en algunas ocasiones no tiene conciencia de lo que va a escribir y especialmente descubrimos una potentísima inspiración espiritual:
… porque solos los que me lo mandan escribir saben que lo escribo… así que si algo bueno dijere, lo quiere el Señor para algún bien; lo que fuere malo será de mí y vuestra merced lo quitará. (Vida, 10)
Estando hoy suplicando a nuestro Señor hablase por mí, porque yo no atinaba a cosa que decir ni cómo comenzar a cumplir esta obediencia, se me ofreció lo que ahora diré, para comenzar con algún fundamento: que es considerar nuestra alma como un castillo todo de un diamante o muy claro cristal adonde hay muchos aposentos, así como en el cielo hay muchas moradas. (Moradas Primeras, cap. 1)
No dejes de escribir los avisos que te doy, porque no se te olviden; pues quieres por escritos los de los hombres, ¿por qué piensas pierdes tiempo en escribir los que te doy?; tiempo vendrá que los hayas todos menester (Relaciones, 28)
Mediumnidad de efectos físicos: levitación
Los médiums de traslaciones y suspensiones son raros. Algunos ocasionan el traslado de cuerpos inertes y suspensión en el aire, mientras que otros muy escasos son capaces de levitarse a sí mismos. Las levitaciones de Teresa de Jesús no son un fenómeno único en el seno de la iglesia católica, donde se conocen numerosos casos de religiosos que fueron proclamados posteriormente santos: Francisco de Asís (1181/82-1226), Tomás de Aquino (1224/25-1274), Catalina de Siena (1347-1380), Francisco de Paula (1416-1507), destacando especialmente el franciscano José de Cupertino (1603-1663), con decenas de casos registrados de levitación.
Pero el caso de Teresa de Ávila es singularmente interesante, ya que ella misma describe en su Vida y Relaciones las circunstancias que envolvían el fenómeno que no podía controlar y que la apuraba ante el resto de las monjas del convento, por lo que rogaba para que no se produjera. A la levitación Teresa la llama arrobamiento o suspensión:
Querría saber declarar con el favor de Dios la diferencia que hay de unión a arrobamiento o elevamiento o vuelo que llaman de espíritu o arrebatamiento, que todo es uno. Digo que estos diferentes nombres todo es una cosa, y también se llama éxtasis.
(…) coge el Señor el alma, digamos ahora, a manera que las nubes cogen los vapores de la tierra, y levántala toda de ella, y sube la nube al cielo y llévala consigo, y comiénzala a mostrar cosas del reino que le tiene aparejado.
(…) Esto ha sido pocas, porque como una vez fuese adonde estábamos juntas en el coro y yendo a comulgar, estando de rodillas, dábame grandísima pena, porque me parecía cosa muy extraordinaria y que había de haber luego mucha nota; y así mandé a las monjas (porque es ahora después que tengo oficio de Priora) no lo dijesen. Mas otras veces como comenzaba a ver que iba a hacer el Señor lo mismo y estando personas principales de señoras, que era la fiesta de la Vocación, en un sermón, tendíame en el suelo y allegábanse a tenerme el cuerpo y todavía se echaba de ver. Supliqué mucho al Señor que no quisiese ya darme más mercedes que tuviesen muestras exteriores… (Vida, cap. 20)
Las levitaciones de Teresa de Ávila eran conocidas por las monjas y algunos allegados, de modo que este fenómeno fue representado en la colección de grabados Vita B. virginis Teresiae… realizados por Collaert y Galle en 1613, pocos años después de la muerte de la religiosa en 1582. Como la levitación es un fenómeno de efectos físicos muy raro y poco estudiado, consignamos otro notable caso más reciente, el de Daniel Dunglas Home (1833-1886), médium escocés estudiado por el físico inglés William Crookes, cuyas pruebas de levitación recogidas en diversos medios periodísticos fueron reseñadas por Arthur Conan Doyle.
Teresa de Jesús y la obra mediúmnica ¡Te perdono!
En la obra ¡Te perdono! Memorias de un espíritu, transcripción de Amalia Domingo Soler de las comunicaciones recibidas por el médium Eudaldo en el centro espiritista “La buena nueva” en Gracia (Barcelona) entre 1897 y 1899, se recogen diversas existencias de un espíritu a lo largo de varios siglos. Una de ellas tiene numerosos elementos comunes con la biografía de Teresa de Jesús. En esta obra inspirada, auténtico tratado de moral, el espíritu Iris relata su historia aunque advierte que: “En la relación de mi obra, los personajes que figuran en ella no están bien delineados, porque no era mi objeto hablar de ellos. Mi único propósito era relatar la historia de mi espíritu: sus caídas, sus ascensiones, sus estacionamientos, sus éxtasis, sus delirios, sus vértigos, todo lo concerniente a mí”. Con todo, los personajes del relato tienen elementos comunes con algunos personajes históricos.
Podríamos establecer como hipótesis de trabajo que Antulio, el sabio fundador de la primera escuela filosófica del mundo, adorador del Dios único, que apura la copa del veneno, podría identificarse con Sócrates e Iris, la esposa causante de la muerte de Antulio, sería Xantipa. El hombre-Dios sería la personificación de Jesús de Nazareth y la mujer que lo ama y sana enfermos, María de Magdala. Por su parte Iris, reencarnada como una monja española que funda conventos y es llevada ante el Santo Oficio, parece tratarse de Teresa de Jesús en diálogo constante con el amor de sus amores (Jesús de Nazareth), reencarnación de Antulio.
Paralelismos en Te Perdono y la vida de Teresa de Ávila
En Te Perdono, la vida de la monja reformadora es la más extensa de las narradas y refiere datos biográficos interesantes que coinciden con los de Teresa:
Tuve madre virtuosa y padre desgastado, tuve hermanos que algunos no brillaron por su sabiduría ni por sus buenas intenciones. Mi padre tuvo dos mujeres, yo encarné en la segunda, así es, que ya encontré mi hogar lleno de familia. Por la misión que yo quería desempeñar, elegí el suelo español, ahora puedo decir que bien a tierra española, tierra de hidalgos y de soñadores, tierra de guerreros y de fanáticos, tierra de artistas y de frailes, tierra donde se arraiga lo más grande, lo más sublime, y lo más bajo y lo más perverso; toda la luz de una naturaleza espléndida y toda la sombra del fanatismo religioso. (Te perdono, cap. 31)
En la vida de Teresa de Ávila encontramos que su padre, Alonso Sánchez de Cepeda, tras enviudar de su primera esposa con la que había tenido dos hijos, se casó con Beatriz de Ahumada, y tuvo diez hijos más, siendo Teresa la tercera de este segundo matrimonio.
En Te perdono, la monja reformadora escribe sobre el alma y en una conversación se le advierte que su obra no será comprendida e incluso tergiversada:
— Escribe, escribe, que para ti haces.
—¿Para mí?
— Sí, para ti, porque cuando dejes la Tierra leerás tus escritos y falta te hará leerlos.
— Sí, porque nadie hará caso de ellos ¿verdad?
— Y más te valdría si tal sucediera, porque harán de ti una mujer fanática, una iluminada, y no una mujer razonable que es lo que tú eres en realidad, puesto que sabes buscar la razón de todas las cosas. Tus trabajos no serán comprendidos ni poco ni mucho, en tus escritos campea la verdad, y harán de ellos un tejido de mentiras. (Te perdono, cap. 65)
Fidelidad y expurgo de textos
Este fragmento nos lleva a la reflexión acerca de si los textos que han perdurado de Teresa de Jesús son fieles a su letra, ya que fueron revisados y muy probablemente expurgados por la Inquisición. Ella misma sufrió por no poder conservar libros muy queridos que había leído y que fueros prohibidos en su tiempo, cuando circulaba el Index librorum prohibitorum. En todo caso, citamos aquí los textos publicados por su orden religiosa y en ellos campa el relato de experiencias místicas y claramente mediúmnicas.
Como sabemos, nunca hay que aceptar como verdad cualquier obra mediúmnica, sino que todas las comunicaciones deben ser analizadas siguiendo la recomendación de Erasto: “Más vale rechazar diez verdades que admitir una sola mentira, una sola falsa teoría”. La obra Te perdono debe ser analizada y en todo caso se atenderá a la confirmación de sus informaciones por otros intermediarios, como debería suceder con todas las obras mediúmnicas, pues no hay ningún médium perfecto.
Teresa de Jesús en la literatura mediúmnica
La presencia de Teresa de Jesús en obras de la literatura mediúmnica la encontramos en un mensaje espiritual incluido en Guía práctica del espiritista, de Miguel Vives, publicada en torno a 1903, sobre el estado feliz o desgraciado del espíritu en el espacio según las virtudes practicadas en la vida terrestre.
Y también en un mensaje del libro Cartas y crónicas del espíritu Hermano X, a través de Francisco Cándido Xavier, donde Teresa de Ávila junto con otros espíritus sabios y benevolentes asistía a una reunión de fuerzas de la ciencia y la cultura de la humanidad, con Napoleón y Kardec, para preparar la nueva era de fraternidad y luz que llegaba con el siglo XIX. Lo importante no son los nombres con que se adornan los mensajes espirituales, sino la calidad del mensaje, su elevación y su propósito consolador y sincero.
Conclusiones
En Teresa de Jesús encontramos, pues, a una médium extraordinaria, que supo aprovechar con valentía sus dones, pese a la incomprensión y fanatismo del momento en que vivió. En Teresa de Jesús tenemos un ejemplo del camino evolutivo de un espíritu. Sus dificultades materiales a través de constantes enfermedades durante toda su vida, y su camino de perfección acompañada de una preciosa herramienta: la mediumnidad.
Esta herramienta de trabajo se manifiesta en todas las culturas y creencias, de modo que también hay médiums y muy notables en la Iglesia católica. Ocurre que muchos no fueron comprendidos en su tiempo, fueron atacados, investigados y algunos incluso asesinados. La mediumnidad debe ser entendida como un camino de pruebas y oportunidad de rescate de errores de vidas pasadas. Teresa de Jesús es patrimonio cultural y espiritual de la humanidad. Sus talentos son mejor comprendidos a la luz del espiritismo y merecía toda nuestra atención por sus grandes aportaciones a esta tierra.
Finalizamos con un fragmento de la obra mediúmnica Te perdono, con un diálogo entre la monja española y el amor de sus amores:
Miré después y vi lejos, muy lejos, al amor de mis amores: ¡qué hermoso estaba!, trabajaba con las generaciones. Yo veía muchedumbres que rompían la endurecida tierra con herramientas luminosas, otras multitudes escribían en grandes hojas de pergamino. Y Él hablaba con unos y con otros. Se multiplicaba porque le veía en todas partes, pero estaba tan lejos, era tan inmensa la distancia que de Él me separaba, que dije con la mayor angustia:
— ¿No puedo llegar hasta ti?
— No te apresures, correr no es progresar.
— Pero ¿me amáis?
—¿Y qué hago sino esperarte? (…)
Nunca el lenguaje humano podrá interpretar los goces divinos (…)
— Déjame adorarte como a Dios
— No delires, cuando comprendas la grandeza de Dios, entonces te convencerás de que yo soy únicamente uno de los hijos de Dios. (Te Perdono, cap. 95)
Fuentes bibliográficas
Para las obras de Teresa de Jesús hemos usado las ediciones de la orden de los carmelitas descalzos:
- Teresa de Jesús. Obras completas. Burgos : Monte Carmelo, 1990.
- Teresa de Jesús. Cartas. Burgos : Monte Carmelo, 1983.
1857. Kardec, A. Le Livre des Esprits. Paris. (Edición en español: El Libro de los Espíritus)
1861. Kardec, A. Le Livre des médiums. Paris. (Edición en español: El Libro de los médiums)
1864. Kardec, A. L’Evangile selon le spiritisme. Paris. (Edición en español: El Evangelio según el espiritismo)
1888. Primer Congreso Internacional Espiritista… Barcelona: Imprenta de Daniel Cortezo y Cª editores.
1903? Vives, M. Guía práctica del espiritista. Barcelona : Carbonell y Esteva.
1904. Domingo Soler, A. Te perdono. Memorias de un espíritu. Barcelona: Carbonell y Esteva.
1910. Denis, L. Jeanne d’Arc médium, ses voix, ses visions, ses prémonitions, ses vues actuelles exprimées en ses propres messages. Paris. (Usamos la ed. Juana de Arco médium… Buenos Aires : Editora 18 de abril, 1992)
1926. Doyle, A.C. Historia del Espiritismo.
1966. Xavier, F.C. Cartas e crônicas (pelo espirito Irmao X). Rio de Janeiro : Feb. (Usamos la 13ª ed. de 2009)
2007. Pérez, J. Teresa de Ávila y la España de su tiempo. Madrid : Algaba.
Fuentes iconográficas
Collaert, A., Galle, C. Vita B. virginis Teresiae a Iesu Ordinis Carmelitarum excalceatorum piae restauratricis. Antverpiae (Amberes), 1613
Rubens, P.P. Santa Teresa escribiendo bajo el Espíritu Santo. Óleo sobre lienzo. c. 1615. Kunsthistorisches Museum. Viena.
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