La mujer ante Jesús
La mujer en la época de Jesús sufría humillaciones, padecía vejaciones, calumnias y discriminaciones por el simple hecho de ser consideradas inferiores.
Sin embargo, al escuchar el verbo iluminado del Maestro Jesús fueron ellas las que, con vehemencia y lealtad, fuerza y coraje respondieron con estas cualidades el llamado Divino.
El ejemplo más conocido es el de la seguidora fiel María Magdalena que tras descender a los valles de sombras y perturbaciones de los desvíos cometidos realizó el testimonio preciso de las renovaciones morales, saliendo por voluntad propria de las tinieblas de los errores hacia la luz del conocimiento espiritual. Su historia comienza con un regalo. Jesús la rescató de su infierno personal y le regaló su libertad, ofreciéndola una nueva vida por delante.
¿Quién no desea una nueva oportunidad?
Mostró con su cambio de vida el modelo de autoreforma íntima enseñado por Jesús.
María Magdalena no perteneció a la categoría de apóstol de Jesús, no obstante, fue una representante discreta pero contundente de las enseñanzas prestadas por el Pastor de hombres.
Pero no fue la única, Juana de Cusa ha sido otra mujer contemporánea al Maestro que merece nuestro destaque, sanada por Jesús de Nazaret porque sufría una grave enfermedad recibió así directamente del Galileo los beneficios de su poder curativo.
Poseedora de fe verdadera y nobleza de carácter le apoyó a Él y a sus discípulos en sus viajes esparciendo por los pueblos y cuidades la palabra de Jesús, teniendo siempre la resistencia de su marido a la Buena Nueva.
Atraída por el magnetismo amoroso que Jesús irradiaba, acercaba a los mutilados, afligidos, enfermos y niños a la presencia del Maestro. Murió quemada en el circo romano dando testimonio de su fidelidad a Jesús.
Ambas en demonstración de solidaridad estuvieron audazmente en el momento de la crucifixión, mientras los discípulos se resguardaban de las persecuciones.
Febe aparece en la epístola de Pablo de Tarso a los romanos, Loide y Eunice que fueron parientes de Timoteo demostraron ser verdaderas guías morales de la fe en la Verdad.
Lidia es la primera en ofrecer su hogar en Filipo a las reuniones del Evangelio que empezaba a florecer sobre la Tierra.
La humilde costurera Dorcas, que realizaba en Jope sus funciones, no titubeó ni un segundo después de recibir la ayuda de Simón Pedro colaborando con los menos afortunados de forma proactiva.
María de Betania y Marta a quienes Jesús distinguió con su profunda y sincera amistad, nos dan testimonio de Su trato siempre delicado y amable para con las mujeres.
La mujer de Samaría con quien el Maestro estableció un diálogo profundo en el brocal del pozo de Sicar, fue testigo claro de la sabiduría de sus palabras y de la profundidad de su mensaje eterno.
La propria vida de Jesús fue entregada a María, una joven mujer, que pasaba desapercebida por su humildad, pero que su sencillez dejaba entrever la grandeza y brillo de su corazón amoroso, ella fue el Espíritu elegido para albergar y tutelar al Embajador Divino.
Este Espíritu que encarnó en esta existencia mencionada como mujer, tenía el carácter dócil, la ternura equilibrada, la fuerza y resistencia del diamante bien como la fragilidad del lirio siendo pues preciosa y prestigiosa para Dios, tenía las cualidades nobles de un Espíritu evoluido.
Las mujeres fueron consideradas en Grecia como un hombre incompleto y débil, según el filósofo Aristóteles.
En el auge del Imperio Romano las mujeres no tenían posibilidad de participar en la vida política. En la Edad Media bajo el control del hombre se mantenía en inferioridad laboral y social.
En el siglo XV
En el siglo XV las mujeres no tuvieron acceso a la Universidad, durante muchos siglos las mujeres estaban direccionada al ámbito y tareas familiares, sus funciones estaban circunscritas a un entorno privado.
Hasta la Segunda Guerra Mundial la mujer todavía debía solicitar el permiso del marido para ejercer una profesión, matricularse en una Universidad presentarse a un examen, abrir una cuenta bancaria, solicitar un pasaporte o un permiso de conducir e incluso no podía divorciarse. Afortunadamente estamos evolucionando.
¿Qué significa el ser hombre y el ser mujer encarnado?
El ser humano se compone de dos sexos: varón y mujer.
¿Qué nos elucidan los Buenos Espíritus a respecto?
La pregunta 201 aclara: El Espíritu que animó al cuerpo de un hombre, ¿puede en una nueva existencia animar al de una mujer, y viceversa?
“Sí, los Espíritus que animan a los hombres y a las mujeres son los mismos.”
Esto puede pasar por el hecho de que somos Espíritus reencarnantes, venimos al mundo vivimos nuestras experiencias y volvemos al mundo verdadero, el mundo espiritual, retornando a la encarnación mientras tengamos que aprender lo que este plano nos puede proporcionar de evolución.
La respuesta a la cuestión 202- pregunta Allan Kardec a los Espíritus: Cuando somos Espíritus, ¿preferimos estar encarnados en el cuerpo de un hombre o en el de una mujer?, explica:
“Eso le importa poco al Espíritu. Depende de las pruebas que deba sufrir.”
Los Espíritus encarnan como hombres o como mujeres, porque no tienen sexo. Como deben progresar en todo, cada sexo, al igual que cada posición social, les ofrece pruebas y deberes especiales, así como la ocasión de adquirir experiencia. El que fuera siempre hombre sólo sabría lo que saben los hombres.
Ambos merecen el mismo respeto y oportunidades porque son Espíritus en evolución.
En el pasado las mujeres no siempre han sido consideradas humanas de pleno derecho, su dignidad había sido mermada, es decir, su valía no ha sido reconocida como equivalente a la de los varones.
Aún en el siglo XXI hay mujeres que sufren en muchas partes del mundo, expuestas a flagelaciones, escarnios, infravaloraciones y desprecios.
Las hermanas Leah, Margareth y Kate fueron las primeras mujeres que vivieron en Hydesville en el estado de Nueva York una experiencia paranormal que se considera el principio del espiritismo. Las hermanas Fox suponen el primer registro moderno de mediumnismo.
Dentro de la divulgación de la Tercera Revelación las mujeres tuvieron un papel importante y pionero como médiums. El Libro de los Espíritus, publicado el 18 de abril de 1857 por el codificador Allan Kardec, es la obra fundamental de la filosofía espírita, donde se establecen los principios del Espiritismo.
En este libro de sabiduría y enseñanzas que aportan educación al alma se recoge, en sus 500 páginas, preguntas hechas a estos Espíritus y las respuestas que se obtenían.
Las directrices
Se observa con nitidez las directrices que la Humanidad debe seguir para alcanzar su progreso ético-moral. En este volumen encontramos los principios de la doctrina espiritista sobre la naturaleza de los seres del más allá, de sus manifestaciones y sus relaciones con los seres humanos, la vida presente, la futura y el porvenir de la Humanidad.
Si somos conscientes que en cada encarnación elegimos nacer hombre o mujer de acuerdo a los que tenemos que desarrollar, conforme los objetivos que queremos alcanzar, si somos conocedores de que el Espíritu no tiene un sexo determinado, y que escoge lo que más le conviene en el proyecto de la nueva encarnación, seremos más tolerantes con ambos.
Nos aclara el antropólogo Gerard Horta autor del libro Cos i recolució. L’es espiritisme català o les paradoxes de la modernitat: “El espiritismo implica una reformulación absoluta del papel de las mujeres: de ser consideradas un agente pasivo pasan a asumirse como agente activo del cambio social.”
El espiritismo abre las mentes, promueve un avance social porque aclara las verdades del mundo inmaterial atribuyendo a cada uno las consecuencias de sus actos.
Tuvimos más cercano a nuestros tiempos otras mujeres espíritas como Amalia Domingo Soler que ejemplifica el compromiso asumido con la divulgación espírita, ofreciendo por medio de sus libros muchos conocimientos del mundo espiritual demostrando un liderazgo en los temas de igualdad.
Los Espíritus han dedicado un subtítulo “Igualdad de derechos del hombre y la mujer” en El Libro de los Espíritus, demostrando la enorme importancia de este tema.
En el planteamiento realizado por Allan Kardec de la pregunta 817. El hombre y la mujer, ¿son iguales ante Dios y tienen los mismos derechos?
Respondieron los Espíritus: “¿Acaso Dios no otorgó a ambos la comprensión del bien y del mal, y la facultad de progresar?”
En El Libro de los Espíritus, cuestión 818, siguen contestando de manera magistral los buenos espíritus, ¿A que se refiere la inferioridad moral de la mujer en ciertas regiones? “Al dominio injusto y cruel que ha ejercido el hombre sobre ella. Es un resultado de las instituciones sociales y del abuso de la fuerza sobre la debilidad. En los hombres poco adelantados desde el punto de vista moral, la fuerza constituye el derecho.”
La mujer por eso debe ocupar el mismo espacio que el hombre ya que su fin es el perfeccionamiento moral e intelectual.
Vemos que las cifras muy altas de acoso, segregación profesional, discriminación, homicidios, femicidios, nos muestran que aún nos falta progresar en este sentido de la eliminación de barreras de género, hay mucho camino todavía por recorrer para conseguir la plena equidad.
¿Con qué objetivo la mujer es físicamente más débil que el hombre? “Para asignarle funciones particulares. El hombre es para los trabajos rudos, porque es más fuerte. La mujer, para los trabajos delicados. Y ambos lo son para ayudarse mutuamente a superar las pruebas de una vida llena de amarguras.”
- La debilidad física de la mujer, ¿no la pone naturalmente bajo la dependencia del hombre?
“Dios ha dado a algunos la fuerza para que protejan al débil y no para que lo esclavicen.”
Dios adecuó la organización de cada ser a las funciones que debe cumplir. Si bien ha dado a la mujer menos fuerza física, la dotó al mismo tiempo de una mayor sensibilidad, de acuerdo con la delicadeza de las funciones maternales y la debilidad de los seres que le ha confiado.
- Dado que los hombres son iguales ante la ley de Dios, ¿deben serlo también ante la ley de los hombres? “Es el primer principio de la justicia: no hagáis a los otros lo que no querríais que os hicieran.”
[822a] – Según esto, para que una legislación sea perfectamente justa, ¿debe consagrar la igualdad de derechos del hombre y la mujer?
“De derechos, sí. De funciones, no.
Es necesario que cada uno tenga un lugar determinado. Ocúpese el hombre de lo exterior y la mujer de lo interior, cada cual según sus aptitudes.
La ley humana, para ser equitativa, debe consagrar la igualdad de derechos del hombre y la mujer.
Todo privilegio concedido a uno solamente, es contrario a la justicia. La emancipación de la mujer es acorde al progreso de la civilización.
Su esclavitud va a la par de la barbarie. Por otra parte, los sexos sólo existen en la organización física. Dado que los Espíritus pueden adoptar uno u otro sexo, no hay diferencia entre ellos en ese aspecto y, por consiguiente, deben gozar de los mismos derechos.”
La pregunta 821 es más clara aún para aquellos que todavía no entienden y dice:
“Las funciones que la naturaleza destina a la mujer, ¿tiene una importancia equivalente a las asignadas al hombre? – Sí e incluso mayor. Ella da al hombre las primeras nociones de la vida.”
La filosofía espirita
La filosofía espírita responde de forma contundente.
Vemos que la encarnación es una experiencia temporaria que proporciona el desarrollo de virtudes, por ello llegará el momento en que no tengamos que luchar o enfrentarnos para reivindicar los derechos de la mujer, para visibilizar la causa. Los actos humanos respaldrán el respeto a ambos sexos, con el conocimiento y entendimiento del espíritu.
Hoy día hemos creado un día internacional de la mujer, que simboliza y reivindica las mujeres que lucharon y que luchan para trasformar el mundo.
El 8 de mayo representa todas las facetas en que la mujer ha avanzado; familiar, social, política, económica, entre otras.
En nuestra época el movimiento por la igualdad entre hombres y mujeres en todo el mundo traspasa fronteras, diferencias culturales, económicas, ideológicas y de cualquier tipo.
Las mujeres actuales tenaces en sus objetivos y vanguardistas en sus acciones, valerosas en sus tareas en el movimiento espírita ayudan a cubrir las necesidades edificando en un amplísimo abanico de funciones, como espíritus libres y comprometidos.
En El Evangelio según el Espiritismo nos dice José María Fernández Colavida que hoy, más que nunca, el hombre y la mujer necesitan creer, tener certezas, directrices seguras para conquistar la felicidad, que no se encuentra fuera de ellos, sino dentro, en la intimidad de su ser. El Evangelio según el Espiritismo, por lo tanto, en razón de la profundidad moral, filosófica y espiritual de sus contenidos sublimes, es portador de la esperanza, de los recursos hábiles para la adquisición de la plenitud, de la realización interior.
Todas las mujeres contemporáneas frente a Jesús, El Divino Pastor, la antorcha que disipa las tinieblas, deben buscar la conciliación, la ternura, la solidaridad, el entendimiento, el amor y disculpando, evitan los conflictos con el fin de seguir sirviendo al Maestro, sobre todo las mujeres espíritas responsables por el conocimiento adquirido deben actuar como verdaderos baluartes del espiritismo, doctrina que siguen, aman y respetan.
Cláudia Bernardes de Carvalho
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Bibliografía
Kardec, A., El Evangelio según el Espiritismo
Kardec, A., El Libro de los Espíritus
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