Una nueva consciencia
En estos nuevos tiempos en que vivimos es importante que tengamos conciencia de que las pautas filosóficas y científicas del espiritismo no se han quedado atrapadas en el tiempo, tras la desencarnación de Denizard Rivail o Allan Kardec, su codificador, hace siglo y medio. Se tiene que seguir adaptándolas a los tiempos modernos y por eso hemos elegido este título para nuestro trabajo: Una nueva conciencia. Tal y como Marcel Proust (1871-1922) refirió:
El verdadero viaje del descubrimiento no consiste en ver nuevas tierras, sino en ver con nuevos ojos. (En busca del tiempo perdido, 1913-1927).
Haremos ese viaje mirando la codificación básica y complementaria de Kardec con los nuevos ojos que el desarrollo intelectual y social actual nos aportan, conscientes también de que la doctrina espiritista es una filosofía y una ciencia y que esa investigación tiene la finalidad de sacar consecuencias ético-morales (Kardec, Qué es el espiritismo, 1859). Es decir, lograr pautas comportamentales hacia el bien, siempre justificadas por la razón, permitiéndonos así hacer unos pequeños atajos en este camino, que parece sin fin, hacia la perfección moral.
El espiritismo, como filosofía, busca justificar, a través de la razón, las creencias que considera verdaderas, alineado con el planteamiento mental definido por Platón, considerado el padre de la filosofía. (Aristóteles, 2012)
La filosofía es el amor al saber, el saber es la búsqueda de conocimiento y el conocimiento es la búsqueda continuada de la verdad. Pero, la verdad absoluta es inconcebible para el hombre, ser aún imperfecto. Si hay un ser que la domina, ¡es Dios! A esa “verdad absoluta”, llama la ciencia del pensamiento sistémico, la “realidad”, (Ferrer, 1998) y a cada una de las versiones según las cuales la vemos, la “verdad” (Serrano, 2011). Así que, nuestra verdad es tan sólo una versión de la realidad y tenemos que aceptar esta debilidad con humildad. La realidad es tan compleja que tenemos que ir cambiando de verdades y nunca enamorarnos de ninguna, ¡el progreso lo exige! (Briggs, 1999) Entonces, la filosofía no trabaja con la verdad, sino con el conocimiento. Finalmente, si el espiritismo es filosofía, entonces también trabaja con conocimiento, buscando continuamente la verdad.
Con este planteamiento filosófico, el espiritismo endereza y justifica el todo a través de sus creencias verdaderas, que podremos resumir en estas cinco (Rossit, 2017):
- Un Dios único.
- Existencia del espíritu, inmortal.
- Comunicabilidad de los Espíritus.
- Existencia de la reencarnación.
- Pluralidad de mundos habitados
Dios
El Espiritismo tiene en la existencia de Dios su principio mayor. (Kardec, El libro de los Espíritus, 1857) Dios es eterno, inmaterial, inmutable, único, todo poderoso, soberanamente justo y bueno. Este es mejor concepto que nuestra limitada Inteligencia puede construir sobre el autor del Universo. A lo largo de las últimas décadas, científicos de todo el mundo han venido a hacer descubrimientos que claramente apuntan a la existencia de un Creador inteligente que es responsable de la creación de todo el Universo. Muchos creen que la totalidad del Universo es obra del azar, vino de la nada. Pero si meditamos con seriedad, la nada no podría haber creado el Universo, porque la nada sólo produce nada. Cualquier cosa que comience a existir ¡tiene que tener una causa! Dios, como ser único, causa primera de todo creemos, en nuestro humilde planteamiento razonado, que nunca vamos a lograr llevar a un laboratorio, sujetarlo a medidas, comparaciones, definirlo en fin. (Gonçalves J., Evidências científicas da existência de Deus, 2017) Reconocida esa incapacidad nuestra, aunque con los más avanzados sensores y tecnología disponibles hoy por hoy, solamente podremos llegar a él a través de la razón, es decir, ¡filosofando!
Camille Flammarion, astrónomo contemporáneo de Denizard Rivail (Kardec) y su amigo dijo, en su discurso fúnebre, el día 2 de abril de 1869 en el cementerio de Montmartre y frente al ataúd de Kardec :
“Señores ¡Dejemos apenas que desciendan de nuestras mentes, sobre el rostro impasible del hombre que ahora yace ante nosotros, testimonios de afecto y sentimientos de pesar, que permanezcan rodeándolo en su tumba como un embalsamamiento del corazón! Él, no obstante, era lo que llamaré sencillamente “el buen sentido encarnado”. Aplicaba sin cesar a su obra las indicaciones íntimas del sentido común. Ese estudio, que fue lento, difícil y complejo, debe ingresar ahora en un período científico. Ese método debe tomar los fenómenos de orden misterioso que hemos presenciado para disecarlos, medirlos y definirlos. El espiritismo no es una religión, sino una ciencia, de la que conocemos apenas el abecé. ¡Hasta pronto, mi querido Allan Kardec, hasta pronto!” (Kardec, Obras póstumas, 1890)
Si la base filosófica fundamental del espiritismo, Dios, deberá mantener siempre su naturaleza exclusivamente filosófica, no sucede lo mismo con las otras bases, e incluso Kardec nos legó algunas evidencias científicas en sus obras.
Como hemos visto, la ciencia es la hija de la filosofía. Aristóteles, que fue alumno de Platón, el padre de la filosofía, llegó a la conclusión de que del conocimiento teórico filosófico que puede enderezar cualquier realidad, y se materializa en las justificaciones para las creencias verdaderas que desarrollaremos al respecto, había, sin embargo, algunos fenómenos que integraban esa realidad que se podían medir, evaluar, comprobar y llamó a ese conocimiento parcelar de real (Aristóteles, 2012).
Entonces, si Platón decía que la filosofía era justificar una creencia que se tenía por verdadera, Aristóteles confirmó que la ciencia sería comprobar una creencia verdadera previamente justificada por la razón, una verdad, en fin, a través de mediciones, comparaciones, trabajo de laboratorio experimental sobre esa verdad apurada por la filosofía. De ese trabajo suelen salir leyes que explican su operación. Es exactamente porque el conocimiento científico sólo puede enderezar trozos de la realidad, que se considera hija de la filosofía. Aristóteles, considerado el padre de la ciencia, la definió entonces así:
“Una creencia verdadera justificada y comprobada” (Aristóteles).
Espíritu y reencarnación
Justo en El libro de los Espíritus (Kardec, 1857), podemos encontrar algunas evidencias científicas de dos de las otras bases filosóficas, el espíritu y la reencarnación. Claro que fueron obtenidas con el método experimental que tenía disponible en su tiempo y que se basaba en la observación del mundo espiritual, a través de la mediumnidad, como metafóricamente lo hace la astronomía a través del telescopio.
Empecemos con el espíritu… Con palabras suyas, expresadas en El libro de los Espíritus y también en Obras póstumas (Kardec, 1890) aquí tenemos sus afirmaciones al respecto:
Los espíritus revisten temporalmente un envoltorio material, perecedero, y su destrucción por la muerte nos devuelve la libertad. El alma es un espíritu que reencarnó, y por lo tanto un ser inmaterial e individual, que reside en nuestro cuerpo y a él sobrevive.
La ciencia actual, especialmente la médica, ha investigado también este ente a que llaman consciencia, mente, etc. Pero su naturaleza mecanicista y materialista viene tradicionalmente postulando que la consciencia es un producto del cerebro. Así que con el desarrollo de los medios electrónicos de sustentación y recuperación de la vida, algunos casos de muerte protocolada, tras paradas cardiacas seguidas de paradas cerebrales comprobadas por electrocardiograma, electroencefalograma y resonancia magnética funcional suelen revivir y, cuando recuperan la consciencia, las personas que han sufrido esa Experiencia Cercana a la Muerte (ECM) muestran memorias muy nítidas de los momentos en que han estado muertas.
Si el cerebro es al final el productor de la consciencia y se quedaba parado, en muerte cerebral, ¿cómo se explican al final esas memorias? Pim van Lommel (Consciencia más allá de la vida, 2015) con un experimento a lo largo de varios de años, con ECM, concluye que al menos la consciencia universal no es local, solamente lo es la consciencia de vigilia. Se puede resumir así, el estado de las evidencias científicas de la existencia del espíritu en nuestros días, con estas palabras del Dr. Sam Parnia en una entrevista para National Geographic Channel TV:
Es importante comprender que cuando alguien está muriendo y se convierte en un cadáver, es sólo en ese momento que las células dentro del cuerpo comienzan a pasar por el proceso de la muerte, lo que puede llevar horas, días, y en verdad tenemos ese espacio de tiempo en que podemos traer a la persona de vuelta a la vida. Y las experiencias que ellas tuvieron nos dan una indicación de cuándo y cómo la humanidad pasa por la muerte. Hoy en día, en la ciencia, llamamos el alma de consciencia. Así, podemos probar si ella continúa o si también termina. Eso prueba, por lo menos, que cuando una persona muere, esa parte que nos hace lo que somos, el alma, la psique, la conciencia, o lo queramos llamarle, no es aniquilada, no desaparece en el aire, ella continúa, por lo menos al inicio de la muerte. Continúa cuando el cerebro no debería estar funcionando y una persona está pasando por la muerte. (Parmia)
Miremos ahora la base filosófica reencarnación… Con palabras suyas expresadas en El libro de los Espíritus (1857) Kardec afirmó:
Las diferentes encarnaciones o existencias corpóreas del espíritu, son siempre progresivas y nunca regresivas. Pero la rapidez de su progreso depende de los esfuerzos que él haga para llegar a la perfección. La vida terrenal sería así una especie de escuela en que los alumnos, aunque nunca regresen a series anteriores, están obligados a repetir la misma, hasta comprender lo que se les ha enseñado. El principal objetivo de la reencarnación reside en el mejoramiento progresivo de la humanidad.
La ciencia de nuestros días estudia ya varias evidencias de reencarnación y una de ellas la estudia el Dr. Jim Tucker, (Tucker, 2005) un pedopsiquiatra estadunidense de la Universidad de Virginia EEUU, que hace más de 40 años que investiga relatos de niños que hablan de una vida pasada. En algunos casos estudiados hay incluso marcas de nacimiento compatibles con la forma violenta como dicen que han muerto en su última existencia, lo que refuerza mucho la posibilidad de reencarnación.
Comunicación de los espíritus
De las otras dos bases filosóficas que quedan, comunicación de los Espíritus y pluralidad de mundos habitados, hay algunas algunas evidencias científicas en El libro de los Espíritus pero, con el paso del tiempo se fue demostrando cada vez más el espíritu científico del codificador, de tal forma que el segundo libro de la codificación básica, El libro de los médiums (Kardec, 1861) es de naturaleza esencialmente científica, porque de su investigación experimental, logró identificar las leyes que rigen las capacidades mediúmmicas humanas que observó en su tiempo. La codificación espírita producida por Kardec, se vendrá, en su todo, con por lo menos dos naturalezas distintas, la filosófica y la científica. Si tenemos en cuenta que la ética es una hija de la filosofía, ya que es sinónimo de filosofía moral, entonces, a lo mejor, podremos añadir una subnaturaleza más a la codificación, bajo la filosófica, al momento de evaluarla, y que sería la naturaleza ético-moral. Ya detallaremos más adelante esta subnaturaleza filosófica que caracteriza todo el producto final de investigación filosófica y científica del Espiritismo.
La codificación básica se puede comparar a un edificio. En los cimientos tenemos El Libro de los Espíritus (Kardec, 1857) que presenta todas las naturalezas de la codificación. El libro ¿Qué es el espiritismo? (1859) y los cuatro que se consideran pertenecientes a la llamada codificación básica, (El libro de los médiums, 1861) (El Evangelio según el Espiritismo, 1864) (El cielo y el infierno, 1865) (La Génesis, 1868) son como las columnas verticales del edificio donde se apoyan las paredes. Y cada una se apoya en cada una de las partes que integran El libro de los Espíritus. Así, con base en la Introducción y Prolegómenos, desarrolló Kardec la obra de naturaleza filosófica ¿Qué es el Espiritismo? (Kardec, 1859). Basado en el libro primero de El libro de los Espíritus (Causas primeras) desarrolló Kardec la esencia de la última obra de la codificación, La Génesis (Kardec, 1868) de naturaleza esencialmente científica. Basado en el libro segundo (La Vida Espírita), desarrolló la obra de naturaleza científica, El libro de los médiums (Kardec, 1861). Con base en el libro tercero (Leyes Morales) desarrolló El Evangelio según el Espiritismo (Kardec, 1864) y con base en el libro cuarto (Esperanzas y Consuelos) desarrolló El cielo y el infierno (Kardec, 1865). Estos dos últimos libros de la codificación básica exhiben una naturaleza filosófica o, con más precisión, una naturaleza ético-moral.
Así que en El libro de médiums encontramos evidencias científicas de la comunicabilidad de los Espíritus, mientras en La Génesis encontramos evidencias científicas de la pluralidad de mundos habitados.
Miremos a la comunicabilidad de los Espíritus… Por primera vez Kardec escuchó de su amigo Carlotti, el 6 de enero de 1855 que podrían ser los espíritus la causa inteligente del movimiento de las mesas giratorias. El 8 de mayo de ese mismo año, Kardec y su esposa asisten por primera vez, en la casa de la señora Plainemaison, al fenómeno de las mesas giratorias. Fue también en casa de la señora Plainemaison que presenció algunos ensayos, aunque muy imperfectos, de la escritura mediúmnica. (Kardec, Obras póstumas, 1890) (Abreu, 2017)(Sausse) Concluyó que, sin duda, había allí un hecho que, necesariamente, provenía de una causa. De los hechos buscaba remontar a las causas, por deducción y por el encadenamiento lógico de los hechos.
Uno de los primeros resultados que recogió de sus observaciones fue que, los espíritus, nada más que el alma de los hombres, no poseían ni la plena sabiduría, ni la ciencia integral. En seguida empezó a frecuentar también las reuniones que se celebraban en casa del señor Roustan. Llevaba para cada sesión una serie de cuestiones, metódicamente preparadas. Más tarde, cuando vio que aquello constituía un todo y ganaba las proporciones de una doctrina tuvo la idea de publicar las enseñanzas recibidas. Así nació El libro de los Espíritus y toda la codificación, incluso El Libro de los médiums, un manual de paranormalidad humana, que explicaba las leyes que regían esa forma de comunicación. Por eso este libro tiene esa naturaleza esencialmente científica.
Claro que aunque controvertida, la mediumnidad humana llamó la atención de científicos que, a lo largo de estos dos últimos siglos, en particular, se han dedicado a investigar, obtener y registrar, con medios electrónicos, voces, imágenes y textos anómalos, que se confirmaron no haber sido producidos por humanos encarnados, pero que dicen, a menudo, ser los muertos. A esta nueva forma de transcomunicación se llamó Transcomunicación Instrumental o TCI. (Gonçalves J. , Evidências Científicas da Comunicabilidade dos Espíritos, 2018) De acuerdo con el paradigma mecanicista y materialista de la ciencia, cuando uno muere, su cerebro se detiene, es el fin, el final de su vida consciente. Pero algunos hechos comprobados parecen desmentir este postulado…
Por ejemplo, un día, en el verano de 2002, Marta, una estadounidense de Georgia estaba escuchando una grabación en cinta, que había hecho temprano, ese mismo día. Y, para su sorpresa, escuchó la voz de su hija Kathy intentando disciplinar a su perro. Esto no sería raro si su hija no hubiese muerto en un accidente de coche, hacía 6 meses ya… En enero de 1994, Mark Macy, estadounidense del Colorado, recibió una llamada en su teléfono. Del otro lado de la línea se identificó Konstantin Raudive, un psicólogo europeo… El Dr. Raudive había muerto ¡20 años antes!
En una fecha de octubre de 1987, un matrimonio sueco encendió su aparto de televisión. De golpe apareció una extraña imagen de su amigo Friedrich Jürgenson, un pionero investigador de TCI. Solamente más tarde supieron que su funeral había ocurrido unos días antes, y que estaba siendo enterrado en ese justo momento, a 300 km. de allí. Durante más de 50 años, mucha gente alrededor del mundo ha dicho que se ha comunicado con los muertos, por medio de aparatos electrónicos, tales como grabadoras de voz, radios, teléfonos, ordenadores y cámaras de vídeo. Así que tenemos hoy evidencias de la comunicación de los espíritus, muy directas y tangibles y que cualquiera puede comprobar con sus sentidos.
Pluralidad de mundos habitados
Pasemos ahora a las evidencias científicas de la pluralidad de mundos habitados, empezando con Kardec y terminando en la actualidad. De las ramas de la ciencia actual solo vamos a coger la física cuántica, aunque haya esfuerzos también en la astrofísica, estadística y pensamiento sistémico, por nombrar algunas.
Según el Espiritismo, en los mundos que gravitan en el espacio infinito, otras humanidades en distintos grados de progreso encuentran vivienda adecuada para su avance.
Los científicos creían que los pequeños trozos de materia en el interior de un átomo eran partículas indivisibles. Pero la Teoría de cuerdas postula que este último conjunto de partículas indivisibles son finalmente finas cuerdas en vibración diferenciada una de las otras. (Green, 2001) Pero hay un precio a pagar por esta audaz visión, ¡universos paralelos y 11 dimensiones! ¡La mayoría de las cuales nunca se observó…! Pensamos que estas dimensiones extra existen porque resultan de la aplicación de las ecuaciones de la Teoría de cuerdas. Las cuerdas necesitan moverse en ¡más que las tres conocidas dimensiones! Nuestro Universo puede ser comparado a una rebanada de pan de molde, una sola rebanada, insertada en un conjunto mayor, el llamado “Volumen Universal”. Y si estas ideas se confirman, el “Volumen Universal” deberá contener otras rebanadas, otros universos. Algunos de ellos pueden semejarse al nuestro, quizás tengan materia, planetas, formas de vida similares… Otros será por cierto más extraños y gobernados por leyes físicas completamente distintas de las nuestras.
Todos estos universos deberán existir en una de las varias dimensiones preconizadas por la Teoría de cuerdas o, como más recientemente se designa, la Teoría M (de membrana). Algunas de esas dimensiones que nos rodean se cree que podrán situarse a menos de 1 mm de la nuestra. Si realmente vivimos en una membrana y los universos paralelos al nuestro se encuentran en otras cercanas a la nuestra, quizás nunca las consigamos ver… Pero puede que algún día las consigamos al menos sentir, ¡a través de la gravedad! Así que, quién sabe, si un día conseguiremos desarrollar tecnología adecuada para utilizar ondas gravitacionales para comunicarnos con otros mundos…
Como habíamos dicho, de este esfuerzo de la filosofía y de la ciencia claro que queremos sacar pautas para que nosotros sigamos progresando, pero de una forma segura siempre justificada sobre lo que está bien y mal, invirtiendo en la fe inalterable que es la que puede hacer frente a la razón en todas las edades de la Humanidad. (Kardec, Obras póstumas, 1890)
Pero la inteligencia tiene sus detalles y se va desarrollando contínuamente… Así que debemos tener claro lo que Marcel Proust dijo y que nos debe hacer reflexionar al respecto de nuestra incapacidad de alcanzar la verdad absoluta…
El verdadero viaje del descubrimiento no consiste en ver nuevas tierras, sino en ver con nuevos ojos. (Proust, 1913-1927)
Hay que resistir con humildad al deseo de poseer la verdad absoluta, incuestionable, dogmática. Hay que estar listo para aceptar otras visiones sobre la realidad, intentar integrarlas con la que teníamos, con racionalidad, buscando lograr una mejor, más completa ¡Por esto, al momento de sacar esas pautas comportamentales para nuestro progreso, tenemos que coger la ética o filosofía moral, para que esas pautas de bien proceder, salgan justificadas por la razón y así más seguras y universales.
Como hemos visto, la ética es una hija de la filosofía y, debido a limitaciones de nuestro lenguaje muchas veces la confundimos con moral. Importa que establezcamos la diferencia antes de profundizar esta naturaleza filosófica del Espiritismo. Para eso vamos a coger un ejemplo, la pena de muerte. ¿La pena de muerte es moral? Es decir, ¿es un buen proceder que un juez atribuya esa punición a una persona que se confirmó en un tribunal que asesinó a otra? Miremos el mapa en la figura más abajo. En los países en color azul está legalmente abolida, es decir, ¡es inmoral! Y en los países con color rojo, es legal, es decir, ¡moral!
Nos enseña la historia que en los países donde hoy por hoy es inmoral, hubo un tiempo en que fue moral. Comprobamos entonces una flexibilidad filosófica inaceptable para clasificar de buen o mal proceder un comportamiento usando la palabra “moral”, ¿verdad? Se nota que hoy, hay una conexión estrecha de la palabra moral con la práctica social aceptable o de costumbre de una comunidad. ¿Como puede el Espiritismo, como filosofía, basarse en un referencial con esta flexibilidad?
Es por este motivo que el Espiritismo tiene que valerse de la ética para poder establecer, con seguridad y universalidad, las pautas de comportamiento que sean buenas o malas. Entonces, en este ejemplo, debemos entonces preguntar también ¿La pena de muerte es ética donde es considerada moral? ¡La respuesta es NO! La pena de muerte es antiética en cualquier país o comunidad, independientemente de sus costumbres. Bueno, nos toca entonces justificar, ya que ¡estamos en el dominio de la filosofía! Podríamos coger varios silogismos, sin embargo elegimos este:
- ¡El hombre es imperfecto en todo el mundo!
- Si es imperfecto, puede errar, ¡puede enjuiciar con error!
- Si puede enjuiciar con error, ¡no puede atribuir una punición que no sea reversible!
Es decir, un juez humano, dada su imperfección, puede equivocarse, y la historia lo comprobó de sobra, por eso no puede mandar matar a nadie. Porque si lo hizo y más tarde se demostró que al final el condenado era inocente, ¿cómo puede él corregir su error? Si le hubiera castigado con cárcel o multa, sí lo podría corregir y de alguna forma compensar al condenado de su error.
Por esto decimos que el Espiritismo se pauta por la ética e influye en la moral. También para mayor claridad y precisión, bajo las limitaciones de nuestro lenguaje, hablamos de consecuencias ético-morales.
¡El mal es siempre mal, aunque nadie lo practique y el bien sigue siéndolo, aunque nadie lo practique!
¡Todos lo hacen! no puede ser una justificación para el espírita.
Solidez de la doctrina espírita
Basado en esto se preguntará ahora… ¿Qué orientaciones postula la doctrina espírita, para que su desarrollo se haga con seguridad y ajustada a lo largo del tiempo?
En la Revista Espírita (Kardec, 1868 ) (Kardec, Obras póstumas, 1890) y también reproducida en las Obras póstumas, encontramos un artículo de Kardec sobre la solidez de la doctrina. Es un artículo enfocado al futuro y con pautas para la continuidad de la investigación filosófica y científica del Espiritismo. Refiere tres cosas:
- Evitar interpretaciones contradictorias
- No salir del ámbito de las ideas prácticas
- No inmovilizarse en el presente
Vamos a detallar, con un ejemplo concreto, de El libro de los Espíritus, el primer postulado: Evitar interpretaciones contradictorias. Con este ejemplo pondremos de nuevo en evidencia las limitaciones de nuestro lenguaje, como herramienta para comunicar. Hay por eso que tener claro sus limitaciones y hacer un esfuerzo para interpretar y clarificar con la máxima precisión todo lo que leemos y hablamos o escribimos. En la pregunta 615 se pregunta ¿Es eterna la ley de Dios? Y la contestación escrita es : “¡Es eterna e inmutable como el mismo Dios!” (Kardec, El libro de los Espíritus, 1857)
¿Qué significa “eterno”? Nos parece que eterno será lo que no tiene principio ni fin, ¿de acuerdo? Si así es, en el Universo solamente habrá un ente con esa característica, que ¡será exactamente Dios! Entonces, si la ley es de Dios, significa que fue creada por Él, ¿verdad? Entonces la ley de Dios tuvo un principio y, justo por eso, ¡no puede ser eterna!
Cabrá preguntar entonces si ¿los espíritus o Kardec se equivocó? Bueno, seguramente no fueron los espíritus, sino tan solo la limitación del lenguaje, que Kardec disponía en su tiempo, para describir, con precisión, la característica de perennidad de la ley. Incluso hoy, tras casi dos siglos, ¿cómo se reescribiría? Más inmortal que el hombre, pero menos eterna que Dios, ¿quedaría mejor? Bueno, escribamos lo que escribamos, tengamos presente esta dificultad que incluso afectó a Kardec.
Pasemos ahora a detallar el segundo postulado: No salir del ámbito de las ideas prácticas. Lo que querremos significar es que hay que resistir a interpretaciones metafísicas o esotéricas para problemas para los cuales el conocimiento actual ya ofrece respuestas. Vamos a enseñarles un ejemplo también… En el libro El Cielo y el Infierno se habla de la intervención de los demonios. Hay gente que, sin darse al trabajo de investigar, es decir, de pensar, prefiere de pronto enjuiciar y elegir como causa de la adicción o vicio, en nuestra sociedad actual, como obra de los demonios o espíritus inferiores. Vamos a ver con otros ojos, que ya nos permite la ciencia hoy, el problema de la adicción y, a lo mejor, darnos cuenta que al final parece que hay causas para ello, mucho más objetivas y que tienen que ver con uno mismo y su entorno social.
Casi todo lo que creemos saber sobre el vicio, está equivocado. Si usted, por ejemplo, se fractura su cadera, se le llevará a un hospital y recibirá dosis de diamorfina, durante semanas o hasta meses. ¡diamorfina es heroína! Hay personas que reciben dosis de heroína, justo ahora, en hospitales. Entonces, sería de esperar que al menos algunas de ellas se viciaran. Pero se hizo un estudio en profundidad y eso no ocurre. Nuestra teoría tradicional de la adicción viene de una serie de experimentos realizados al comienzo del siglo XX. El experimento es simple. Cogemos una rata y la ponemos en una jaula, con dos botellas de agua. Una tiene sólo agua mientras la otra tiene agua mezclada con heroína o cocaína. Casi todas las veces que se realiza este experimento, la rata se obsesionará con el agua con droga y regresará una y otra vez hasta que se mate a sí misma.
Pero en los 1970, Bruce Alexander, un profesor de psicología, se dio cuenta de algo extraño acerca de este experimento… (Gonçalves J., 20180901 Conferencia Espiritualidad en la prevención y cura de la droga IX Xonadas Espiritas Vigo, 2018) La rata era colocada en la jaula totalmente sola. No tenía nada que hacer, además de drogarse. ¿Qué pasaría -preguntó- si lo intentásemos de forma diferente? Así que construyó el “parque de las ratas” que era, básicamente, el paraíso para las ratas. Era una jaula lujosa, donde las ratas tenían pelotas de colores, túneles para corretear, muchos amigos con los que jugar y podrían tener mucho sexo. ¡Todo lo que un pueblo de ratas podría desear! Y tenían también las botellas de agua drogada y agua normal. Pero aquí está lo fascinante… En el “parque de las ratas”, las ratas casi nunca tomaban el agua drogada. Ninguna la usó de forma compulsiva, ninguna sufrió de sobredosis. Pero, puede que fuera algo que solo ocurre con las ratas, ¿verdad?
Bueno, resulta que hubo también un experimento con humanos, ¡la guerra de Vietnam! El 20% de las tropas americanas en Vietnam usaban mucha heroína. La gente en casa, en EEUU, tenía realmente pánico, porque creían que habría cientos de miles de drogadictos por las calles en EEUU, tras su regreso. Pero un estudio siguió a los soldados cuando volvieron a casa y encontró algo sorprendente … No fueron a rehabilitación, ni siquiera mostraron síntomas de abstinencia, un 95% de ellos simplemente paró de consumir droga una vez que regresaron a casa.
La teoría del profesor Alexander ¡entonces tiene mucho sentido! Porque si te ponen en una jungla, en un país foráneo, en donde no quieres estar, y puedes estar forzado a matar o morir, en cualquier momento, consumir heroína es una buena forma de ocupar tu tiempo. Pero si regresas a tu lindo hogar, con tus amigos y familia, es el equivalente a que te saquen de esa primera jaula y te metan en un “parque de las ratas” para humanos. No son los químicos, ¡tan solo tu jaula! Necesitamos pensar acerca de la adicción de forma diferente. Cuando estamos felices y saludables, ¡formaremos lazos con las personas a nuestro alrededor! Pero cuando no podemos, porque estamos traumatizados, aislados o derrotados por la vida, formaremos lazos con algo que nos dé alguna sensación de alivio. ¡Puede ser consultar nuestro teléfono sin parar, puede ser pornografía, videojuegos, Reddit, apostar o podría ser cocaína! (Noggin, 2015)
Con estos datos científicos de nuestra actualidad, ¿será que se puede querer atribuir la causa a los demonios, dando por sentado que ellos existen?
Por fin, también Kardec nos sugirió que ¡no hay que inmovilizarse en el presente! La doctrina espírita no se quedó cerrada en el momento que Kardec desencarnó, hay que adaptarla a los nuevos tiempos, aunque siguiendo las pautas filosóficas de base, que nos dejó. Para ilustrarlo, terminamos con un maravilloso texto de Pierre Teilhard de Chardin (Nacido en Orcines, 1 de mayo de 1881 — Fallecido en Nueva York, 10 de abril de 1955), que fue un cura jesuita, teólogo, filósofo y paleontólogo francés que intentó construir una visión integradora entre ciencia y teología, y que enseña una racionalidad que nos parece la misma que el Espiritismo debe incorporar en su desarrollo:
- La religión no es una, son cientos.
- La espiritualidad es una sola.
- La religión se ocupa de Hacer.
- La espiritualidad se ocupa de Ser.
- La religión habla de pecado y de culpa.
- La espiritualidad te dice: ¡Aprende con el error!
- La religión reprime todo, te hace falso.
- La espiritualidad trasciende todo, ¡te hace verdadero!
- La religión inventa.
- La espiritualidad descubre.
- La religión no indaga ni cuestiona.
- La espiritualidad cuestiona todo.
- La religión es humana, es una organización con reglas.
- La espiritualidad es Divina, sin reglas.
- La religión es causa de divisiones.
- La espiritualidad es causa de unión.
- La religión te busca para que creas en ella.
- La espiritualidad tienes que buscarla tú.
- La religión sigue los preceptos de un libro sagrado.
- La espiritualidad busca lo sagrado en todos los libros.
- La religión se alimenta del miedo.
- La espiritualidad se alimenta de la Confianza y de la Fe.
- La religión te hace vivir en el pensamiento.
- La espiritualidad te hace vivir en la Consciencia.
- La religión cierra nuestra memoria.
- La espiritualidad libera nuestra Consciencia.
- La religión cree en la vida eterna.
- La espiritualidad nos hace conscientes de la vida eterna.
- La religión promete para después de la muerte.
- La espiritualidad es encontrar a Dios, en nuestro interior, durante la vida.
- “No somos seres humanos pasando por una experiencia espiritual”
- “Somos seres espirituales pasando por una experiencia humana”
Estas eran las pautas que querría compartir con vosotros para el desarrollo de una Nueva Consciencia para estos tiempos que vivimos.
¡A todos, una Nueva Consciencia!
João Gonçalves
Conferencia Una nueva conciencia, de João Gonçalves, en el I Congreso ConCiencia:
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